La reticencia de algunas personas mayores a dejarse cuidar es una situación bastante común. Afrontar los cambios que se producen con la edad es un proceso lento que implica importantes transformaciones en la vida del adulto mayor y que exige paciencia y comprensión. Esa negativa inicial a recibir ayuda, ya sea por parte de la familia o de un cuidador profesional, no tiene por qué ser una decisión definitiva si sabes cómo reconducir la situación. Te contamos cómo enfocar el cuidado de las personas mayores.
Analizar los motivos: ¿por qué hay mayores que no aceptan el cuidado?
Aunque el envejecimiento no tiene por qué ser sinónimo de la pérdida de autonomía, el paso del tiempo siempre pasa factura. A medida que avanzan los años nuestros mayores se van encontrando con algunas limitaciones que, por pequeñas sean, antes no formaban parte de su día a día. Asumir estos cambios no siempre resulta sencillo, razón de más por la que disponer de un apoyo profesional ofrece grandes ventajas.
No obstante, es habitual que las personas mayores se nieguen a ser cuidadas. Es una situación que ser repite con más frecuencia sobre todo en esas primeras fases del envejecimiento, cuando los familiares empiezan a plantear la conveniencia de recurrir a un cuidador a domicilio para garantizarles la asistencia que necesitan.
Meter a un desconocido en casa genera muchas dudas, especialmente entre personas de edad avanzada que llevan toda la vida disfrutando de su independencia y de su intimidad. Pero no se trata únicamente de una cuestión de confianza. Recurrir a la asistencia domiciliaria es, para muchos adultos mayores, asumir su incapacidad para seguir llevando la vida que llevaban.
En estas nuevas circunstancias existe también cierto temor al rechazo. “¿Y si al convertirme en una carga voy a perder el respeto y el afecto de los míos?”. Aunque desde la perspectiva de los familiares no se contempla esta posibilidad, los pensamientos del adulto mayor a veces adoptan la forma de estas preocupaciones que no llegan a manifestarse abiertamente y que acaban provocando un gran estrés.
Antes de tomar cualquier decisión con respecto al cuidado de personas mayores en el hogar es importante analizar todos estos factores, comentarlos y convencerlas de que no se trata de limitar sus capacidades sino de promoverlas y potenciarlas en un entorno seguro. Dejarse cuidar es la garantía de una vejez feliz y con calidad de vida.
Consejos para tratar con mayores que se niegan a recibir ayuda
Si el primer paso para hacer que nuestro familiar cambie de actitud es entender sus motivos y temores, el siguiente paso es adoptar una posición activa en la búsqueda de un cambio de actitud. ¿Qué podemos hacer cuando una persona mayor se niega al cuidado?
- Plantear las situación con naturalidad. No debes convertir la negativa de tu familiar en un problema añadido. Es mejor abordar estas circunstancias siempre desde una mentalidad positiva y plantearla desde la perspectiva de un cambio tan natural como necesario. No es el momento de mostrarse sobreprotectores ni de imponer soluciones. Empieza por plantear las grandes ventajas que supondría contar con la ayuda de un profesional en la realización de pequeñas tareas del día a día, en el tiempo que ganaría y en las actividades en las que podría invertirlo.
- Ve poco a poco. Para cualquier persona resulta complicado abrir las puertas de su hogar a un desconocido. Nuestra casa es nuestro refugio, un espacio íntimo y personal en el que nos sentimos cómodos. La introducción de la figura del cuidador en la vida del adulto mayor tiene que ser un proceso progresivo. En este aspecto, en Cuidum te recomendamos que, si tu familiar se muestra reacio a recibir asistencia, lo convenzas de probar nuestros servicios de cuidados domiciliarios por horas. Esa toma de contacto con el cuidador y ese conocimiento mutuo harán que en muy poco tiempo se sienta cómodo, sin que su presencia resulte incómoda en el hogar sino todo lo contrario. La buena compañía nunca está de más.
- Ponte en manos de profesionales. Si ni el diálogo ni los cambios graduales logran ampliar la zona de confort de tu familiar para que haya espacio para los cuidados domiciliarios, recurre a los psicólogos especializados en gerontología. Estos profesionales se encargan de abrir un canal de mediación entre las partes implicadas en el proceso del cuidado de ancianos en el hogar para llegar a la solución más beneficiosa para todos. Es habitual que las personas mayores se tomen más en serio las recomendaciones de asistencia cuando las plantea una persona ajena al entorno familiar.
- Dejarse cuidar nunca es una imposición. Aunque después de todos los consejos que hemos planteado seguro que la situación ya ha quedado resuelta, hay casos excepcionales en los que estas reticencias parecen insalvables. Lo más importante de todo es que no pierdas la calma y no te dejes vencer por el desgaste emocional que provoca este tipo de situaciones. El cuidado de una persona mayor nunca debe ser una imposición, ni para esta ni para los familiares. Nuestros profesionales pueden ayudarte a lograr el cambio de actitud que necesitas. Casos reales y de éxito, alternativas de asistencia hechas a medida y propuestas de cuidado domiciliario orientadas a la promoción de la autonomía de las personas mayores. Aunque sea un escenario en el que todos salen ganando, es importante que sean las personas mayores las que tomen esa decisión. Sírveles como guía hacia la salud y el bienestar.
Contacta con Cuidum para encontrarle a tu familiar el cuidador a domicilio más adecuado. Dispones de diferentes soluciones de contratación y servicios adaptados a los horarios y necesidades de cada persona. Sin presiones, sin agobios y con total flexibilidad. Trabajamos por el bienestar de los tuyos con la empatía y la profesionalidad que exigen estas circunstancias.