Disponer de tiempo libre no siempre significa disponer de tiempo de provecho. Para muchas personas mayores, este exceso de libertad para hacer cualquier cosa que les apetezca se torna en su contra: ¿qué hacer cuando no se tiene ningún plan para pasar la jornada? El aburrimiento en la tercera edad es una circunstancia bastante frecuente, pero tiene una solución sencilla: ponerse en activo.
¿Por qué se aburren las personas mayores?
La tercera edad es una etapa diferente en cada individuo. Hay personas que durante toda su vida se han mantenido muy activas gracias a las aficiones y a los contactos sociales que seguirán conservando al hacerse mayores. Otras, en cambio, tal vez no hayan mostrado nunca demasiado interés por ninguna actividad en concreto y, llegados a esta etapa, les resulte más difícil encontrar la motivación por algo.
En cualquier caso, es bastante habitual que la vida social y las actividades vayan perdiendo peso en el día a día a medida que nos hacemos mayores. Hay que tener en cuenta que influyen las cuestiones de salud, los temores propios de la edad o la falta de alguien con quien compartir esos momentos de ocio. Todo ello puede conducir a una situación poco recomendable para cualquier persona, pero en especial para el adulto mayor: una vida sedentaria y carente de estímulos.
Teniendo en cuenta que lo habitual en la tercera edad es también disponer de más tiempo libre, el resultado de esta combinación de factores es menos atractivo de lo que inicialmente podría parecer: demasiado tiempo y muy poco que hacer.
Aburrimiento y coronavirus, una combinación poco alentadora
Uno de los efectos secundarios de la pandemia ha sido el aburrimiento. Esta circunstancia, agravada durante el confinamiento y posteriormente con las restricciones de movilidad y reunión, ha tenido repercusiones en todos los grupos de edad.
Sin embargo, mientras que los jóvenes han tenido más facilidades para contrarrestar el tedio de los días sin nada que hacer gracias al empleo de la tecnología, para las personas mayores ha supuesto un reto más durante esta pandemia. Con la desaparición de las formas de entretenimiento habituales a estas edades, desde los juegos de mesa y las manualidades en casa hasta la partida de petanca en un parque público, las personas de la tercera edad han visto incrementado su aburrimiento.
Más allá de la incertidumbre generada por la situación sanitaria, lo cierto es que el transcurso de los días durante el último año ha estado marcado por el hastío de lo predecible, con la frustración y la negatividad que de ello se deriva. Ahora que poco a poco se va recuperando la normalidad, es importante que los cuidadores y los familiares de personas mayores tengan preparada una estrategia para el afrontamiento del aburrimiento y el coronavirus en este nuevo escenario.
Cómo entretener a las personas mayores
El aburrimiento no afecta por igual a todas las personas. Factores como la situación socioeconómica, el nivel cultural o el lugar de residencia interfieren en mayor o menor medida en la percepción de este sentimiento. También la edad es un aspecto relevante. Por eso el aburrimiento en la tercera edad debe abordarse desde una perspectiva particular.
El adulto mayor necesita de actividades que cumplan una serie de requisitos:
– Ser estimulantes pero no agotadoras.
– Adaptarse a los límites y capacidades de cada individuo.
– Mantener a la persona motivada.
– Trabajar aspectos de memoria y coordinación.
– Promover el desarrollo de nuevas capacidades-
– Inspirar, relajar, ilusionar y, por supuesto, ¡divertir!.
¿Cómo entretener a las personas mayores teniendo en cuenta estas condiciones de ocio saludable? Estas son algunas de las actividades más completas para trabajar el cuerpo y la mente en personas mayores.
– Bailar: ¿sabías que al bailar se activan los circuiros neuronales sensoriales y motores? Los bailes con personas mayores no solo sirven para practicar aspectos tan necesarios como la coordinación, la fuerza o el equilibrio. También estimulan áreas del hipocampo cerebral relacionadas con la memoria y las emociones.
– Pasatiempos: resulta sencillo encontrar algún hueco a lo largo del día para dedicárselo a pasatiempos como los crucigramas, los juegos de colorear o las cartas. Estas últimas son estupendas para trabajar la memoria y mejorar la respuesta cerebral frente a determinados estímulos. Todo un reto para las personas de edad avanzada.
– Jugar con los nietos: las personas mayores necesitan pasar tiempo con sus nietos y ese tiempo se disfruta mucho más cuando hay una actividad lúdica que compartir. Manualidades, proyectos de arte, leer juntos… Hay muchas formas de disfrutar de la mejor compañía.
– Pasear: caminar es una actividad física relajante y repleta de beneficios. Dar paseos es mucho más que una opción de entretenimiento. Es un modo de mantenerse en forma, despejar la mente y no perder el contacto con el entorno.
– Hacer puzles: es una categoría específica dentro de los pasatiempos tradicionales porque ofrece unos beneficios muy concretos. Las personas mayores que hacen puzles desarrollan una mayor agudeza y memoria visual, mejoran su capacidad de análisis y se sienten más seguras a la hora de afrontar y resolver problemas.
Combatir el aburrimiento y la soledad en la tercera edad: ventajas de la asistencia domiciliaria
Como sucede con tantos otros aspectos de la vida cotidiana, la presencia del cuidador domiciliario supone un cambio importante en lo que al entretenimiento de los mayores se refiere. Estos profesionales no solo están para ofrecer asistencia en tareas rutinarias como vestirse, comer o asearse. La programación de actividades a lo largo de la jornada también forma parte de la labor que desempeñan.
La soledad en el mayor no se combate únicamente proporcionando compañía. También resulta estimulante y beneficioso proponerle actividades que mantengan su mente y su cuerpo en movimiento. Gracias a la asistencia en el propio hogar y a la figura del cuidador, el adulto mayor tiene garantizados eso momentos de ocio y entretenimiento que son tan importantes para su salud mental, física y emocional.