Unas cuantas reflexiones de las personas mayores o que llegan al final de la vida
Trabajar como enfermero al servicio de personas mayores o que están al final de la vida siempre me pareció un regalo, excepto cuando la carga asistencial era tan pesada que ya no me permitía atenderlos adecuadamente. Tristemente algo muy común en el ámbito de las residencias donde el ratio cuidadores/pacientes no asegura una atención de calidad para nuestros mayores.
Cuando el cuidado permite conversar con ellos, escuchar sus historia y las enseñanzas al final de la vida, aprender de sus errores y recibir sus consejos, cuidar es la mejor profesión del mundo.
Ver la vida a través de los ojos de quienes se enfrentan al final de la misma para mí siempre fue una fuente inmensa de aprendizaje. Una de las enseñanzas que mas me ha marcado es el entendimiento de que el tiempo vuela y la vida es muy corta.
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Ancianos de diferentes residencias, ciudades y países me han mirado a los ojos intentando advertirme desde un cariño infinito de que aproveche cada momento de mi vida, que ellos, a pesar de sus enfermedades y limitaciones, no se sienten muy diferentes a mí. He escuchado esto sistemáticamente en cada anciano con el que he desarrollado un vínculo de afecto y confianza, siendo yo un veinteañero y alguno de ellos superando la centena.
Ya no tengo veinte años y en realidad no me siento muy diferente a cuando los tenía… así que creo que tienen razón. Los mayores nos recuerdan lo valiosa que es la vida y que apenas dura un abrir y cerrar de ojos.
Bronnie Ware, una enfermera experta en cuidados paliativos y en acompañar a personas en el final de su vida publicó un trabajo donde recogía las 5 cosas más recurrentes de las que las personas se arrepienten al final de su vida. Confesiones honestas que le ayudaron a transformar su vida.
- Ojalá hubiera tenido el coraje de hacer lo que realmente quería hacer y no lo que los otros esperaban que hiciera
- Ojalá no hubiera trabajado tanto
- Hubiera deseado tener el coraje de expresar lo que realmente sentía
- Habría querido volver a tener contacto con mis amigos
- Me hubiera gustado ser más feliz
Los mayores disponen de un conocimiento exclusivo que solo la experiencia vital proporciona, un conocimiento que la sociedad necesita.
Juanjo Torres Montesa
Director sanitario en CUIDUM
2 comentarios
La cuidadoras a domicilio tenemos la suerte de padecerla presión de las residencias. Los ancianos están mil veces mejor atendidos y te cuentan su vida. Aprender de ellos es un regalo, un gran regalo Juanjo. Enhorabuena por vuestro trabajo!!!
Gracias por tu amable comentario Laura. Nos esforzamos para dar la mejor calidad asistencial domiciliaria. Efectivamente, en la mayoría de las residencias, las ratios pacientes/auxiliares son francamente vergonzosas, y el afecto es dificil de entregar cuando tiene unos tiempos tan milimitrados. Saludos.