Cuando hablamos de dislexia, nos referimos a un trastorno del aprendizaje que se evidencia en problemas para relacionarse con el lenguaje escrito, tanto a través de la lectura y de la comprensión de la misma como a través de la escritura, y aunque normalmente pensamos que se trata de algo que se diagnostica siempre en la infancia, lo cierto es que no es así.
Que és la dislexia en adultos
Debemos tener en cuenta que la dislexia es un trastorno que, en realidad, puede manifestarse de forma muy diferente en cada persona, aunque aun así casi siempre hay una serie de síntomas comunes que se suelen tener cuando se sufre. Pero, ¿Que síntomas tiene la dislexia cuando hablamos específicamente de personas de la tercera edad?
Dislexia en adultos síntomas
Cuando las dificultades relacionadas con la dislexia no se detectan en la infancia, persisten después en la edad adulta dando como resultado obstáculos importantes para el desarrollo de la vida y una larga sintomatología que debemos conocer:
- Problemas con la lectura. Las personas mayores pueden presentar problemas para reconocer y procesar letras, palabras o incluso oraciones, pudiendo confundir dichas letras o palabras con otras o invertirlas mientras hablan o mientras leen.
- Dificultades de comprensión. Cuando un adulto tiene dislexia, puede tener dificultades también para comprender el significado de aquello que lee, lo que impedirá que puedan extraer bien la información o seguir unas simples instrucciones.
- Problemas de velocidad y lentitud. Otro síntoma común es que tengan una muy baja velocidad en la lectura para su edad, lo que se debe a esa dificultad que tienen para reconocer palabras o para procesar la información escrita en general.
- Problemas para recordar la información. Por último, otro síntoma muy común es que no consigan recordar números, fechas o nombres, lo que a su vez puede agravarse por la propia edad, provocando a la larga serias dificultades de adaptación al día a día.
Como vemos, los síntomas de dislexia en adultos pueden ser muy parecidos a los que se identifican en la infancia, solo que las personas de la tercera edad suelen ser aún más vulnerables que los niños, por lo que contar con servicios de cuidado a domicilio para mayores como el de Cuidum Servicios puede ser una gran ayuda para las familias de ancianos con dislexia. Además, si tienes dudas sobre cuanto cuesta un cuidador a domicilio o cómo funciona el cuidado de personas mayores por horas, también podrán ayudarte.
Ejercicios dislexia adultos
Si una persona de la tercera edad tiene dificultades persistentes con la escritura, la lectura o la comprensión del lenguaje escrito, debe consultar con un profesional en trastornos del aprendizaje que sea capaz de realizar una evaluación completa y un diagnóstico adecuado, pero debe saber que existen una serie de ejercicios prácticos que se pueden llevar a cabo también desde casa de una forma sencilla, como por ejemplo:
- Mantener rutinas puede ser muy beneficioso para las personas mayores con dislexia, lo cual se puede hacer estableciendo todos los días momentos de práctica de la lectura y de la escritura para crear hábitos que puedan ir mejorando la capacidad del lenguaje cada vez un poquito más.
- Utilizar todos los avances que nos brinda la tecnología, especialmente aquellos relacionados con la fonética y la ortografía, para ayudar a las personas con dislexia a superar sus dificultades diarias con la lectura y la escritura.
- Trabajar la lectura y la escritura tradicional con ayuda de alguna cuidadora de personas mayores, así como recurrir a otros sistemas más estimulantes, como los audiolibros o los libros electrónicos, que permiten leer con la letra a un mayor tamaño ofreciendo una ayuda adicional a las personas de tercera edad.
En cuanto al tratamiento, debemos tener muy presente que la dislexia no se puede curar, aunque sí existen algunas estrategias que pueden ayudar a minimizar las dificultades con la lectura y la escritura y mejorar dichas habilidades, como por ejemplo a través del uso de materiales y recursos de tipo visual, entrenando la memoria y mejorando la concentración, utilizando programas informáticos y aplicaciones de reconocimiento de voz o de ortografía, trabajando la conciencia fonológica…y un largo etcétera.
Pero también ofreciendo siempre todo el apoyo y la comprensión necesaria, pues la ansiedad y la frustración pueden ser compañeros de viaje frecuentes en las personas con dislexia, lo cual es un lastre añadido en personas mayores, que ya de por sí pueden sumar otras comorbilidades y problemas emocionales de distinta índole. Y esto es lo que hace que muchas agencias de cuidado de personas mayores, como la de Cuidum, trabajen con dedicación, ofreciendo a las personas con dislexia todas las garantías y ventajas posibles y todos los ejercicios y cuidados que necesiten para la mejora de su confianza y su seguridad.