Los cuidadores profesionales son igualmente válidos sin importar su género
Esta vez tenemos que aprovechar, no podemos dejar pasar este tema, debemos hablar de la igualdad de los cuidadores profesionales, reconocer la desigualdad que en otro tiempo hubo y reivindicar el papel masculino en esta actividad.
Por desgracia la idea dominante en la sociedad hasta hace poco era la de que cuidar es una tarea femenina. Y no nos parece raro oír esto porque históricamente han sido ellas, las mujeres, quienes más han sufrido la injusta desigualdad de géneros y han asumido esa función dentro de la familia mientras a los hombres se les asignaba la función de proveer el núcleo familiar. Algo que ha influido directamente en muchos ámbitos de la sociedad, incluyendo al profesional a través de algunos grupos de actividad como los cuidadores profesionales.
Pero por suerte, la realidad familiar actual ha cambiado y los hombres tienen una mayor probabilidad de desempeñar la función de cuidar a cualquier miembro de la familia (niños, mayores o enfermos), ya sea por propia iniciativa y por un reparto de los roles, tareas y cargas familiares o por la necesidad de asumir dicha tarea.
Estos cambios familiares son una muestra de como empiezan a calar en la sociedad unas ideas mas igualitarias que permiten entre otras cosas, eliminar los tabus que afectan al mundo profesional y que limitan algunos trabajos segun el genero, como es el de los cuidadores profesionales.
Así, el sector de la atencion socio-sanitaria o cuidado asistencial domiciliario no es menos y el comienzo de la ausencia de una red asistencial femenina hace que entre en funcionamiento la asistencia masculina. Aunque por ahora, para una mayoría de la sociedad, la existencia de los hombres cuidadores es una realidad que permanece invisible en el ámbito domiciliario.
Mientras eso ocurre, en el ámbito hospitalario, en las residencias, en las universidades y academias, el porcentaje de enfermeros o auxiliares hombres se ha consolidado como algo normal en nuestro mundo. Asi que ya es hora de romper una lanza por ellos y empezar a reconocer su trabajo en esta actividad, de manera igual claro.
Cuando internamos a un familiar en una residencia o lo ingresamos en un hospital, es tratado por cuidadoras y por cuidadores profesionales de forma indiferente. Da igual si nuestro familiar es una anciana que requiere cuidados básicos que incluyen su higiene u otros que requieran salvar su intimidad. Con total competencia siempre será tratada por un cuidador sin importar su genero y sin mayor problema. Éste es un hecho constatado cada día en nuestros centros de salud primaria y secundaria.
Salvando esta barrera lógica del pudor, que como vemos, está demostrado que no supone un problema, queremos aprovechar para contaros las ventajas especificas en la contratación de un cuidador masculino.
El trabajo de cuidador implica una carga asistencial muy elevada que a menudo pone en riesgo la salud de la espalda del cuidador. Cambios posturales, traslados en silla de ruedas, transferencias cama – sillón, silla – wc, duchas…. Ahí, la fortaleza física de un hombre, en principio superior a la de una mujer puede ser un punto a favor a la hora de decidirnos por un cuidador u otro.
En último término se trata de encontrar al cuidador adecuado para nuestro familiar, aquel con el que se sienta más cómodo y que pueda realizar mejor las funciones específicas del cuidado de nuestro ser querido. Por ello, habrá que tener en cuenta la cuestión del género en nuestra elección. Quizás un caballero puede sentir vulnerada su intimidad al ser cuidado por una cuidadora, o viceversa. Por ello ésta tiene que ser una cuestión a tener en cuenta y es nuestra misión la de visibilizar a los cuidadores masculinos que con abnegación y profesionalidad prestan servicio a diario en nuestra comunidad.