Los ancianos que mueren juntos son un misterio que solo encuentra pequeñas respuestas científicas y que tiene grandes implicaciones humanas y emocionales.
He escuchado muchos casos donde una persona mayor fallece y a las pocas horas o días es su pareja, con quién ha convivido toda una vida, la que abandona su cuerpo sin razones médicas aparentes. Los ancianos que mueren juntos siempre me han parecido un fenómeno muy curioso que me ha hecho reflexionar sobre el Amor, sobre el poder de la realidad emocional que gobierna nuestras vidas.
Fue una tarde cualquiera, trabajando como enfermero en el Hospital Clínico de Valencia, cuando asistí en primera persona a la muerte de una pareja de ancianos. Ella era mi paciente y él su acompañante.
Recuerdo que eran una familia numerosa, la típica habitación que hace cierto tumulto en el pasillo porque entre los hijos, sus parejas y los nietos a duras penas cabían en la habitación. La anciana, una mujer pequeña y frágil no hacía mucho que había ingresado en la sala. A su lado, acomodado en una silla, inseparable, se encontraba su esposo, otro abuelo entrañable que apenas hablaba conmigo. Tenía toda su atención centrada en ella.
Los familiares eran demandantes, cada vez que me veían pasar arriba y abajo me preguntaban algo sobre la situación de su madre. No me parecieron molestos, solo desubicados, y a vuelapluma iba respondiendo a sus dudas pasillo abajo pasillo arriba.
En un momento dado volvieron a buscarme mientras yo ayudaba a alguien en otra habitación, en principio pensé que era otra pregunta menor la que necesitaba respuesta, pero no tardé en ver en sus caras que algo importante estaba pasando. Corrí a la habitación para constatar que la pequeña mujer estaba apagándose como una vela. No procedía reanimarla, era el fin natural de su vida.
Permanecimos allí hasta que solo quedó su cuerpo sobre la cama. Su marido, seguía sentado junto a ella sujetándole la mano. No recuerdo si lloraba. Acompañé en el sentimiento a la familia e intenté orientarles en cuál era el proceso que íbamos a seguir para la gestión del cuerpo sin vida de su madre. Y me marché cuando todo quedó claro dejándoles tiempo para despedirse.
Apenas había comenzado a hacer las llamadas pertinentes al supervisor de guardia y a los celadores cuando volvieron a buscarme. No me extrañó porque habían venido necesitando mucha atención a lo largo de todo el turno, pero de nuevo me desconcertaron sus caras. Entré corriendo en la habitación para descubrir al anciano marido desplomado sobre la cama donde yacía el cuerpo de su mujer.
Comenzaron los gritos, desalojamos el espacio y le pedí al paciente de la otra cama que por favor saliera de la habitación, dado que podía moverse. Cargué el cuerpo inerte del anciano y lo puse sobre la cama mientras llegaba el carro de paradas. Comenzamos a reanimarlo y poco tiempo después dejamos de hacerlo. Había muerto.
Por un momento di un paso atrás para ver las dos camas. De pronto esa habitación se había convertido en un mausoleo. Frente a nosotros estaban los cuerpos sin vida del hombre y de la mujer, cada uno en una cama.
Estábamos todos en shock, los enfermeros y los familiares. Con la extraña sensación de haber vivido algo misterioso y profundo. Atendimos a la familia. La sala fue recuperando la calma y tuvimos que continuar con nuestras funciones cotidianas sin demasiado tiempo para la reflexión.
Siempre me quedaría con la duda de si la familia vivió como un drama que sus dos padres fallecieran en la misma tarde o por el contrario se sintieron reconfortados de que emprendieran juntos, y no solos, su siguiente viaje.
2 comentarios
Ellos era llamas gemalas. Las llamas gemalas son dos gemelos que nacieron de madres diferentes. Seguramente se parecian fisicamente. La llama gemala es una sola alma en dos cuerpos. Para unirse deben morir al tiempo.
¡Todo un misterio que tiene grandes implicaciones humanas y emocionales!