Se ha hecho viral un post de Facebook en el que una joven inglesa cuenta cómo cambiaron sus vacaciones en Grecia al hacerse amiga y conversar con un anciano.
Me sorprende que a estas alturas genere sorpresa algo así. Supongo que estoy condicionado por mi profesión y mis experiencias, pero me sigue extrañando que no sea lo normal entender lo increíble que es sentarse a conversar con un anciano.
Conversar con un anciano es como apretar el botón que activa un viaje en el tiempo. Es aprender la historia que no aparece en los libros, obtener una visión del mundo, libre de tendencias momentáneas. Hablar con ellos nos ayuda a observar nuestros problemas desde otro punto de vista, a comprender que alguien pasó por todo lo que nosotros pasamos… y lo superó.
La mayor parte de las personas mayores que he conocido en mi vida, aunque en su juventud tuvieran mucho temperamento han relajado su carácter, me han enseñado a relativizar las cosas.
[bctt tweet=»Deja de correr de un lado a otro y busca la oportunidad para parar y conversar con un anciano. » username=»cuidum»]
De los mayores he escuchado recurrentemente cómo la vida se les ha pasado en un abrir y cerrar de ojos. Siempre me han animado a que le saque todo el partido que pueda a mi vida. Me han repetido hasta el aburrimiento que ellos no se reconocen en el espejo, que se sienten como si tuvieran mi edad.
Además del conocimiento generado a través de sus biografías, siempre me ha apasionado que me cuenten cómo era el mundo en otras épocas. Y así, al escuchar, he tenido la oportunidad de conocer a militares que estuvieron junto a Franco, a hombres centenarios que me contaron el mundo rural de principios del siglo XX, la expulsión de los “pies negros” de Argelia, o una de mis historias preferidas, que quizás cuente detalladamente en otro momento, la de un maestro de escuela que participó, obligado, en la batalla del Ebro, pero que no quería disparar no fuera a matar a alguien.
Mi humilde consejo en que dejes de correr de un lado a otro y busques la oportunidad para parar y conversar con un anciano.
Un comentario
Lo entiendo completamente, es gratificante hablar con los abuelitos , desde pequeña he sentido inclinación por ayudarles quizás en cargar un bulto o contemplarlos con ternura, ello talvez se deba a qué crecí con mis abuelitos.