Envejecer con felicidad y sin perder calidad de vida es uno de los principales objetivos de cualquiera. Actualmente, el envejecimiento activo se presenta como la estrategia adecuada para conseguir que los últimos años de vida sean los mejores, algo en lo que influye de forma muy directa el mantener las buenas relaciones con familiares y allegados.
La importancia de las relaciones
Sea cual sea la edad que se tenga, las relaciones sociales son indispensables para poder disfrutar de una vida plena en todos los sentidos. La soledad, la tristeza y el aislamiento siempre son malos compañeros de viaje, más cuando se afronta la vejez.
Según recientes estudios, las personas mayores que viven en soledad son más propensas a desarrollar patologías psicológicas y físicas que son preocupantes. El estar solos debe ser visto como un factor de riesgo capaz de originar enfermedades como la depresión, la demencia o el Alzheimer, y es que todos estos problemas de salud son mucho más probables en las personas que se sienten solas.
Hablamos de sensación de soledad porque, en muchas ocasiones, el aislamiento es más psicológico que físico. Una persona mayor que haya perdido a sus amigos y familiares directos quedará en una situación de tristeza y exclusión de la vida social preocupante. El tener la sensación de no pertenecer ya a la comunidad es la fuente de muchos de los problemas que sufren los mayores, y es que no basta con una simple visita a la semana para poner freno a esta situación.
Claves del envejecimiento activo y relaciones personales
Así, todo ello debe evitarse en la medida de lo posible. Si, como hemos dicho, el envejecimiento activo es la forma de conseguir una vejez plena y feliz, las relaciones sociales son la llave que abrirá la puerta de las ventajas de este proceso.
Envejecer de forma activa implica tanto un pequeño esfuerzo por parte de la propia persona como de su entorno. Es necesario que los hijos y familiares más allegados hagan partícipe al anciano de sus vidas programando actividades conjuntas que sean disfrutadas por ambas partes.
Como otras claves del envejecimiento activo es aconsejable que se sumen a actividades destinadas a la tercera edad o sigan manteniendo el contacto con los amigos de toda la vida y hagan planes con ellos es la forma correcta de mantener unas buenas relaciones sociales que, a la larga, serán motivo de felicidad y bienestar físico.
Salir a tomar algo, mantener largas conversaciones o cualquier otro plan son experiencias ideales para forjar y mantener esas relaciones sociales. Las ventajas son innumerables: mayor bienestar psicológico, prevención de enfermedades degenerativas, sensación de pertenencia y otras muchas se esconden detrás de algo tan sencillo y placentero como seguir cuidando y fortaleciendo el carácter social que todos tenemos.
En definitiva, la vejez es el momento perfecto para disfrutar de amigos, familiares e incluso de explorar nuevos caminos que el trabajo y las obligaciones no han permitido recorrer, todo para favorecer un envejecimiento activo que tendrá en las relaciones sociales uno de los pilares fundamentales de su éxito.