¿Qué es la dermatitis asociada a la incontinencia (DAI)?
La incontinencia es uno de los problemas más frecuentes entre los ancianos y las personas mayores. La incontinencia urinaria consiste en la pérdida involuntaria de orina, mientras que la incontinencia fecal se produce por la excreción involuntaria de heces (heces líquidas o sólidas y gases). La incontinencia produce un exceso de humedad en la piel situada en la zona de alrededor de los genitales, provocando irritación, enrojecimiento, descamación y, en algunos casos, infección, desencadenando lo que se conoce como dermatitis asociada a la incontinencia (DAI).
¿Cuáles son las causas de la dermatitis asociada a la incontinencia?
La dermatitis asociada a la incontinencia se produce cuando la piel ha estado expuesta de forma prolongada o crónica a la orina y las heces (especialmente a las heces líquidas). Se presenta, principalmente, en la zona del perineo (o de los genitales), en las nalgas, la ingle, el surco situado entre los glúteos y la parte interna y posterior de los muslos. Ello se debe a que cuando la piel está húmeda es más propensa al ataque de las bacterias y los microorganismos patógenos.
¿Cuáles son los diferentes tipos de dermatitis debidos a la incontinencia?
Existen diferentes tipos de incontinencia:
Incontinencia urinaria nerviosa o por estrés
Es la forma más frecuente de incontinencia urinaria. en este caso, la pérdida de orina se produce de forma involuntaria ante situaciones de estrés o al realizar un esfuerzo, reír o toser.
Incontinencia de urgencia
La incontinencia de urgencia se produce debido a un fuerte impulso de orinar que no se puede controlar. La causa es algún nervio dañado, que no da las señales al cerebro del estado de la vejiga. Es frecuente en pacientes que sufren la enfermedad de Alzheimer, Parkinson, lesiones en la médula espinal, una próstata agrandada o algún tipo de infección de orina.
Incontinencia refleja
Se produce debido a contracciones nerviosas incontrolables que producen la pérdida de orina. Es frecuente en personas que han sufrido un tumor cerebral o algún tipo de lesión en la médula espinal.
Incontinencia por rebosamiento
La incontinencia por rebosamiento se produce cuando la vejiga no se vacía por completo y la persona afectada tiene una necesidad constante de orinar. Por lo general, afecta a más a los hombres debido al agrandamiento de la próstata.
Incontinencia fecal
Se produce cuando la persona no es capaz de controlar sus deposiciones. Afecta por igual a mujeres y hombres.
La dermatitis asociada a la incontinencia en los ancianos
La dermatitis asociada a la incontinencia afecta principalmente a los ancianos que están postrados en la cama o padecen algún tipo de demencia o deterioro cognitivo. Algunos tratamientos con corticosteroides, antibióticos o medicamentos para tratar la diabetes o la desnutrición también pueden hacer que la piel esté más débil, aumentando el riesgo de sufrir DAI.
Es muy importante cuidar de forma muy rigurosa la higiene de los ancianos y enfermos que están postrados en la cama y que sufren incontinencia, con el fin de evitar que desarrollen un problema de dermatitis. Una dermatitis debida a la incontinencia no solo resulta muy molesta, sino que puede ocasionar problemas más graves, como úlceras por presión e infecciones por hongos. Las úlceras por presión son lesiones cutáneas graves que se producen en personas que están postradas en la cama. Se caracterizan por el enrojecimiento de la piel, por lo que suelen confundirse con la dermatitis. Sin embargo, son mucho más graves y pueden causar heridas muy profundas. Para evitar que los ancianos o personas inmovilizadas sufran estos graves problemas es esencial la prevención.
¿Cómo se puede prevenir la dermatitis asociada a la incontinencia?
El principio básico de la prevención es la higiene. Hay que evitar al máximo el contacto de la piel con la orina y las heces. El papel del cuidador es fundamental para proteger la piel de los ancianos y enfermos de posibles infecciones.. Se recomienda llevar las siguientes pautas de limpieza:
• Hay que limpiar la piel de la persona afectada con un jabón antibacteriano que no sea agresivo y, después, enjuagar muy bien con agua limpia. Posteriormente, se debe secar la zona afectada y aplicar una crema hidratante hipoalergénica para proteger la piel y aislarla de los efectos irritantes de la orina y las heces. Todo ese proceso tiene que hacerse con la máxima suavidad, para evitar que el mismo proceso de limpieza irrite la piel.
• En el caso de los ancianos o de las personas enfermas que llevan un pañal para la incontinencia, se debe escoger el que tenga el tamaño adecuado para cada persona, de forma que absorba suficientemente la humedad y limite el riesgo de desarrollar DAI. El pañal debe cambiarse regularmente, al menos tres veces al día. Además, se debe cambiar también después de cada evacuación intestinal. Recuerda que los pañales son desechables y de un solo uso, de forma que no pueden reutilizarse nunca.
• Cuando la persona está postrada en cama o en una silla de ruedas, se debe controlar diariamente el estado de la piel, especialmente en áreas de presión (con el fín de evitar las úlceras por presión). Además, después de cada episodio de incontinencia es necesario cambiar, también, las sábanas y la ropa.
Aplicando las medidas de higiene adecuadas se puede curar la dermatitis asociada a la incontinencia, incluso en los casos de incontinencia grave o crónica.
Además de las reglas básicas de higiene, en el caso de las personas cuya movilidad no esté limitada o reducida, se aconseja llevar un estilo de vida saludable y mantenerse activos para evitar el riesgo de que la vejiga se vuelva débil y prevenir la incontinencia urinaria y fecal. Además, se recomienda dejar de fumar porque la tos crónica de un fumador ejerce una presión adicional sobre los músculos de la vejiga. Caminar o realizar ejercicios pélvicos también ayuda, a largo plazo, a evitar o reducir la dermatitis asociada a la incontinencia.