La vulnerabilidad de los ancianos que viven solos
Con el aumento de la esperanza de vida y los cambios en las estructuras familiares, es cada vez más habitual que las personas de la tercera edad opten por vivir solas en sus domicilios. Pero, sin el soporte familiar, social y profesional necesario, la soledad se convierte en uno de los factores de riesgo para la población anciana.
Riesgos de seguridad en las personas mayores que viven solas
En un país como España, en el que la proporción de personas mayores de 65 años se mantienen en aumento según los datos estadísticos del Padrón Continuo del Instituto Nacional de Estadística (INE), el incremento de personas ancianas que viven solas supone también un aumento en el riesgo de sufrir depresión, caídas y/o accidentes domésticos.
Así lo reflejan algunas de las noticias que lamentablemente se han convertido en parte habitual de la actualidad del país. Gente mayor sola y sin compañía en el hogar, robos en sus domicilios, rescates como consecuencia de accidentes domésticos, incendios e inundaciones en sus casas. La vulnerabilidad ya de por sí asociada a la edad adulta se pone de manifiesto con mayor relevancia cuando estos ancianos que viven solos en sus casas no reciben la atención adecuada que ellos necesitan.
Personas mayores que viven solas en España: la nueva realidad
El informe “Un perfil de las personas mayores en España 2022”, revela datos poco alentadores sobre la situación de los ancianos en nuestro país.
Según la proyección del INE (2022-2035), en 2035 podría haber más de 12,8 millones de personas mayores, 26,5% del total de la población, fundamentalmente mujeres. En los diferentes grupos de población a partir de la edad de jubilación, el perfil de las personas mayores que viven solas en España es eminentemente femenino, hasta un 30% de la gente mayor sola de más de 65 años son mujeres.
A tenor de estos datos y del evidente envejecimiento de la población, este es el momento de actuar para evitar que los problemas relacionados con ancianos que viven solos se cronifiquen en nuestra sociedad.
Riesgos asociados a la soledad residencial
Si el envejecimiento de la población es un problema, más aún lo es el hecho de que un alto porcentaje de estas personas vivan en soledad. Sea o no una decisión voluntaria, los riesgos asociados a la soledad residencial y que comprometen la seguridad para ancianos que viven solos son un denominador común.
Indicadores de que una persona mayor no puede vivir sola
Los ancianos que viven solos en sus casas están expuestos a un mayor número de riesgos que aquellos que reciben asistencia domiciliaria. Ello se debe a que la gente mayor sola no puede hacer frente a los retos del día a día con la misma destreza y agilidad que cuando era más joven.
Las necesidades de las personas mayores que viven solas son las de cualquier persona de su edad. No obstante, la merma de sus capacidades y el hecho de no disponer de ningún tipo de asistencia para suplirlas tendrá repercusiones directas en su salud física y emocional.
Entender cómo afecta la soledad en las personas mayores es esencial para abordar la seguridad para ancianos que viven solos desde la perspectiva más adecuada. Estos son algunos de los indicadores de que una persona mayor no puede vivir sola:
- Mala alimentación: los ancianos que viven solos suelen optar por alternativas nutricionales poco saludables. Los malos hábitos en la alimentación junto a la falta de actividad social y a la vida predominantemente sedentaria son el desencadenante de problemas como la obesidad, la diabetes y otros trastornos cardiovasculares.
- Medicación inadecuada: es habitual que las personas de la tercera edad tengan que estar pendientes de tratamientos farmacológicos. La vida en solitario incrementa el riesgo de olvidos o la dejadez a la hora de solicitar ayuda médica frente a determinadas condiciones de salud.
- Falta de higiene: las dificultades que para muchos ancianos implica la hora de la ducha y la necesidad de adaptar las condiciones del cuarto de baño para simplificar estas maniobras hará que muchas de estas personas que viven solas abandonen progresivamente sus hábitos de higiene diaria.
- Accidentes domésticos: los problemas de movilidad y coordinación, la pérdida de memoria y la merma de otras facultades básicas para el desarrollo de una actividad normal son los responsables de la mayoría de caídas, incendios e inundaciones que se producen en los domicilios de los ancianos que viven solos.
- Ausencia de interacción social: la falta de contacto con el entorno deriva en trastornos en su estado de ánimo. La condición anímica y los estados de depresión influyen en la aceleración de los síntomas de otras enfermedades que afectan a la comunicación, a la memoria y favorecen el deterioro neuronal.
Consejos para combatir la soledad en los mayores
Vivir apartados del entorno, aunque inicialmente pudiera ser una decisión propia, acaba teniendo repercusiones negativas en la vida del anciano. Está demostrado que las personas mayores que viven solas:
- Llevan una vida menos saludable.
- Experimentan un desgaste cognitivo más acelerado.
- Pasan por estancias hospitalarias más prolongadas.
- Fallecen antes que las personas mayores que trabajan la interacción social.
El sentimiento de interconexión y de comunidad no es solo una necesidad de las personas ancianas que viven solas, sino un rasgo característico de la condición humana. No obstante, la prevención del aislamiento cobra un mayor protagonismo durante la edad adulta debido al impacto que tiene en la calidad de vida de los mayores. Entre las pautas más accesibles para combatir la soledad de los mayores destacan:
- Promover las actividades en grupo, tanto las físicas como las intelectuales (grupos de lectura, caminatas, teatro, voluntariado en centros comunitarios…).
- Mejorar las relaciones con los vecinos y participar en las actividades organizadas por las asociaciones del barrio o los servicios para mayores (p. ej., viajes del Imserso).
- Aprender a utilizar las nuevas tecnologías. El móvil, la tablet y el ordenador son una estupenda solución para que los ancianos que viven solos no pierdan el contacto con el entorno incluso en condiciones de movilidad limitada.
Cuidados domiciliarios al servicio del bienestar de los mayores
¿Qué hacer con un anciano que no puede vivir solo? Las soluciones para la soledad en el anciano tienen más éxito con el respaldo de un cuidador profesional.
Uno de los aspectos que más se valoran en la contratación de servicios de asistencia domiciliaria es la garantía de que la persona al cuidado siempre va a estar en buenas manos. El factor acompañamiento es esencial en el equilibrio psíquico y emocional de las personas que no pueden valerse por sí solas.
Permitir que las personas de edad avanzada continúen residiendo en sus domicilios puede ser una gran ventaja siempre y cuando se hayan cubierto las necesidades básicas a través de servicios de asistencia en el hogar.
La importancia del acompañamiento de la gente mayor sola
Más allá de la asistencia en la realización de las tareas diarias, la supervisión y la seguridad, el acompañamiento de las personas ancianas que viven solas cumple una función mucho más importante. La presencia de un cuidador domiciliario también supone un cambio sustancial en el estado anímico y emocional de los mayores.
Sentirse acompañados también es sentirse más capaces. Los cuidadores profesionales de Cuidum no son meros asistentes domiciliarios, son personas preparadas para fomentar la autonomía y el desarrollo de las capacidades de los ancianos que viven solos.
En función de las particularidades de cada individuo, los servicios de cuidados en el hogar pueden ser a jornada parcial, es decir, sólo durante unas horas al día, a jornada completa o incluyendo la pernoctación del cuidador o cuidadora en el caso de ser necesario. Lo importante es que las personas mayores se sientan siempre acompañadas, en un entorno saludable y estimulante que les proporcione energía y vitalidad.
A pesar de las complicaciones de salud, las limitaciones de movilidad o la merma de la autonomía, la vejez debería ser una etapa agradable para nuestros ancianos. En Cuidum te ayudamos a proporcionarle a tu familiar mayor y/o dependiente el bienestar y la felicidad que se merecen, incrementando su calidad de vida y descartando los riesgos comunes a los que se enfrentan cada día.
Para cualquier duda relacionada a nuestros servicios de cuidados en el hogar, ponte en contacto con nosotros y te asesoramos en lo que necesites.
7 comentarios
Un gran artículo, felicidades, de otra latinoamericana que se desempeña como cuidadora.
¡Muchas gracias Carmen por tus comentarios!
Ser cuidadora es la labor más gratificante como seres humanos porque es tener vocación y amor y eso lo tengo yo
Hola quiero saber cuanto se cobra por media jornada y cuales son todos los beneficios que me corresponderían
Gracias
Hola Carolina,
Para ayudarte con mayor información, cuando indicas a media jornada, ¿a cuántas horas a la semana te refieres? ¿A 20 horas? Confírmanos, para ayudarte con información precisa.
E duele mucho que las personas mayores estén solas me agradaría mucho poderestar con ellos el tiempo que haga falta
Es muy noble de tu parte querer acompañar a las personas mayores y brindarles tu tiempo. La compañía y el apoyo emocional son esenciales para su bienestar.