La nutrición es uno de los aspectos fundamentales en el cuidado de personas mayores con dependencia. Un proceso en el que no solo hay que tener en cuenta las características de una dieta específica que se adapte a sus necesidades sino las cuestiones técnicas. ¿Cuál es la mejor postura? ¿Qué utensilios deberemos emplear? ¿Cómo alimentar a persona mayor dependiente? En este artículo analizamos de manera detallada todos los factores que influyen para que esta tarea sea lo más llevadera.
Actitud que debes adoptar al dar de comer a una persona mayor dependiente
La hora de la comida, junto a la del aseo diario, suele ser una de las tareas que conlleva mayor esfuerzo durante la jornada del cuidador. Sin embargo, con práctica, paciencia y buenas rutinas de alimentación todo queda resuelto en muy poco tiempo.
La cuidadora debe tener una actitud paciente pero dirigente. Establecer una rutina en el proceso ayudará a que la persona mayor dependiente a su cuidado se familiarice con las características de la hora de la comida y asuma este hábito con mucha más naturalidad.
¿Qué pautas debes tomar en cuenta como cuidador o cuidadora?
- Mantener una actitud cercana y respetuosa explicando cada acción que realizas para que el mayor se sienta confortable en todo momento.
- Comenzar la rutina de alimentación con el lavado de las manos, tanto las del cuidador como las de la persona mayor a la que atiende.
- Asegurar que todos los utensilios necesarios se encuentran a mano para no tener que interrumpir la comida, lo que provocaría una pérdida de ritmo y concentración por parte de la persona a la que cuidas.
- Brindar la asistencia necesaria conforme a las capacidades de masticación y deglución de la persona mayor dependiente y de su habilidad en el manejo de los cubiertos. En la medida de lo posible, conviene fomentar estas capacidades, para lo que puede ser necesario el uso de cubiertos adaptados.
- Estimular el interés por los alimentos. Hablar de las características nutricionales del menú o de cómo ha sido preparado generará un mayor interés por este momento del día, favorecerá al desarrollo cognitivo y será muy de agradecer sobre todo por aquellas personas que padecen algún tipo de discapacidad visual.
Aspectos básicos a tomar en cuenta al alimentar a persona mayor dependiente
El momento de la comida exige relajación, concentración y disciplina. Para ello hay que asegurarse de haber creado un entorno agradable y libre de distracciones en el que la persona se sienta cómoda y segura.
La actitud amigable y comunicativa de la cuidadora será esencial para obtener una respuesta satisfactoria por parte de la otra persona y llenar esos silencios que suelen ocupar la radio o la televisión, dos elementos poco recomendables cuando el objetivo es mantener la atención en la comida. Una vez que consigues el ambiente adecuado, ya puedes ponerte manos a la obra sin perder de vista ninguno de estos pasos:
- Verificación de la dieta prescrita (alergias, necesidades especiales, complementos nutricionales, etc).
- Colocación de todos los utensilios necesarios a una distancia que sea accesible para alimentar a la persona mayor dependiente.
- Ajuste del asiento a una altura adecuada que permita mantener una postura erguida y facilitar así la deglución segura de los alimentos. La cabeza ligeramente flexionada con la barbilla hacia abajo reduce el riesgo de asfixia.
- Servir los alimentos a la temperatura adecuada y con una presentación que resulte atractiva. Si fuera necesario, retirar huesos, espinas, piel para facilitar el corte de los alimentos o proceder directamente al corte en porciones pequeñas.
- Situarte a la misma altura de la persona mayor dependiente o por debajo de sus ojos para evitar que alce la cabeza y se atragante. Su barbilla deberá inclinarse lo máximo posible sobre el pecho.
- La comida deberá darse frontalmente para evitar el giro de la cabeza.
Síntomas ante los que debes mantenerte alerta
Los siguientes síntomas son la señal de que existen problemas para la deglución o de que se está produciendo un cuadro de asfixia o aspiración.
- La dificultad recurrente a la hora de comerse una ración normal.
- Ralentización de la respiración.
- Tos, goteo o aspiración de los alimentos que acaban en la nariz.
- Hinchazón en las venas de la cara o el cuello.
- Color azulado del rostro.
La alimentación en personas que permanecen en cama
En pacientes postrados que no pueden sentarse para comer, las pautas básicas para una correcta alimentación presentan algunas particularidades:
- Colocar a la persona erguida en la cama y facilitar, con el empleo de almohadas, unas posición de 90º.
- Evitar en la medida de lo posible los alimentos líquidos y emplear los blandos, semiblandos o gelatinosos que son más fáciles de deglutir y no provocan ataques de tos.
- Utilizar una servilleta en la barbilla y colocar una bandeja con todo a su alcance, incluso si necesita ayuda para comer.
- En estado de semiinconsciencia o ante la imposibilidad de colocar a la persona en posición erguida, suministrar los alimentos por una vía que no sea la oral. Si esta fuera la única opción, hacerlo muy lentamente con ayuda de un pitillo.
- En cualquier caso, recurrir a porciones muy pequeñas y darle tiempo para una correcta deglución. Un buen truco es emplear una cuchara de postre en lugar de una cuchara sopera.
¿Cómo alimentar a una persona con problemas de masticación o disfagia?
- La dieta para una persona con disfagia debe estar basada en alimentos blandos o semiblandos, preferiblemente, no líquidos, pues podrían provocar la tos. Se pueden emplear espesantes naturales o gelatinas.
- Los diferentes aromas, sabores y texturas en el menú son estimulantes y se pueden emplear para potenciar el reflejo de la deglución.
- Existen técnicas posturales para facilitar el paso del bolo alimenticio y evitar atragantamientos o aspiraciones. Variarán en función de cada paciente, pero las más comunes son: flexión anterior de la cabeza, rotación de la cabeza mentón-esternón, inclinación de la cabeza hacia el lado más fuerte.
¿Y después de las comidas?
Al término de las comidas también es importante mantener ciertas rutinas de higiene y seguridad que completan una intervención eficiente en todos los aspectos.
- Retira todos los utensilios que hayas empleado para hacer más limpia y cómoda la hora de la comida como servilletas o delantales, así como platos, vasos y cubiertos.
- Revisa la boca y la cara de la persona para asegurarte de que no existen restos de comida. En caso necesario, retírala con una toallita húmeda y limpia los dientes o la dentadura postiza.
- Evita que la persona se recueste. Después de las comidas conviene mantener una postura vertical durante al menos 30 minutos para prevenir el reflujo (retroceso de ácidos estomacales hacia la boca) y la aspiración (paso de los alimentos a las vías respiratorias).
- En pacientes con un estado de salud particularmente frágil, vigilar la evolución de su estado mental tras las comidas prestando especial atención ante cualquier variación en el ritmo de respiración que pudiera indicar asfixia o aspiración.
Un comentario
Cómo enfermera que soy : es importante tener estás pautas para que nuestros mayores tengan una Véjez digna y sin problemas y el complemento final o principal diría yo ; el amor y la paciencia