Las consecuencias de la pandemia se pueden valorar desde varias perspectivas: el impacto social y económico, los cambios políticos y, por encima de todo, las afectaciones en el ámbito de la salud. Lo habitual es escuchar sobre cifras de infectados y fallecidos, de pacientes ingresados y del nivel de ocupación en las UCIs. Pero la pandemia también ha dejado un gran impacto emocional, afectando de manera especialmente preocupante a las personas mayores.
La soledad sigue siendo más letal que el coronavirus
El confinamiento, las medidas de distanciamiento social y los protocolos de comportamiento de esta nueva normalidad han agravado un problema ya existente en la tercera edad: la soledad impuesta. Esto supone un agravante para una enfermedad que, tal como se ha demostrado, representa un mayor riesgo en las personas mayores de 65 años.
La irrupción del coronavirus en nuestras vidas se ha traducido en un mayor aislamiento. Una situación que, sumada a la soledad en la que ya vivía un alto porcentaje de personas mayores, pone de manifiesto otras circunstancias que siguen siendo más letales que el propio virus y de las que es responsable el conjunto de la sociedad.
Impacto emocional de la pandemia
Este impacto emocional de la pandemia se extiende a todos los grupos de edad, pero tiene una mayor incidencia en las personas mayores. Los motivos son comprensibles:
- Son uno de los grupos más vulnerables frente al virus.
- El temor al contagio está siempre presente.
- Las capacidades para adaptarse a nuevas situaciones son más limitadas.
- Los cambios de hábitos y rutinas suponen un mayor impacto en el estado de ánimo.
- La soledad y la angustia están asociadas a la depresión, la pérdida de la ilusión y una visión más pesimista de la realidad.
¿Y de qué manera se manifiestan esas repercusiones psicológicas de la pandemia en las personas mayores? La mayor o menor incidencia de estas afectaciones depende en gran medida de las circunstancias particulares de cada individuo. No es lo mismo enfrentarse a este escenario en la soledad del hogar que estando en compañía de los familiares o de un cuidador a domicilio. No obstante, existen rasgos comunes en el estado emocional de las personas mayores que se están enfrentando a la pandemia:
- La apatía, la ansiedad y el estrés.
- La falta de refuerzos positivos en el día a día.
- La frustración y la incertidumbre.
- Las dificultades para conciliar el sueño y descansar.
- Los cambios de humor y las alteraciones conductuales.
- Las emociones y los pensamientos negativos.
- Los trastornos cognitivos.
¿Cómo superar el aislamiento sin que se traduzca en soledad para los ancianos?
La segunda ola de Covid-19 ha irrumpido con fuerza y las primeras consecuencias de este nuevo escenario ya se están notando. Pero gracias a la experiencia adquirida durante los meses de confinamiento podemos afrontar las nuevas circunstancias con mayores garantías de éxito en el cuidado y la atención de personas mayores. ¿Cómo podemos ayudar a nuestros seres queridos a sobrellevar estos momentos de dificultad e incertidumbre?
- Normalizar la situación: Los familiares o cuidadoras deben diseñar un nuevo horario de rutinas que reemplace con normalidad el ya existente. La adaptación es un proceso lento para las personas de edad avanzada y conviene que estos cambios se hagan paso a paso.
- Integración en las tareas: Las medidas de protección y distanciamiento no pueden convertirse en una excusa para la soledad. La participación en sencillas tareas domésticas como doblar la ropa o recoger la mesa permiten que las personas mayores se sigan sintiendo útiles, además de promover una mayor comunicación con sus cuidadores.
- Amortiguar las emociones: Estar al cuidado de una persona mayor exige mantenerse alerta frente a cualquier cambio brusco de actitud o comportamiento. Ante los primeros síntomas de tristeza, angustia o temor, el empleo de herramientas como el humor consigue amortiguar los sentimientos más negativos. Haz reír a tus mayores.
- Mantener el contacto: El aislamiento no es sinónimo de soledad. Ya sea desde una residencia de ancianos ya desde su propio domicilio, las personas mayores necesitan mantener el contacto con sus familiares. En este sentido, las videollamadas se han convertido en el mejor método de sentirnos emocionalmente más cerca a pesar de la distancia física.
- Información sin alarmismo: Las personas mayores necesitan estar informadas. Sin embargo, un exceso de exposición a los medios de comunicación solo ayudará a incrementar sus niveles de estrés. En su lugar, dosifica la información, comunícate siempre con mensajes positivos, dales esperanza. Es lo que necesitan para reforzar su confianza y su autoestima es estos momentos complicados.
Retos de cuidadores y familiares en la asistencia de personas mayores
El avance de la pandemia ha generado la necesidad de plantearse nuevos enfoques en la asistencia a personas mayores. ¿Cómo deberían actuar los familiares, los cuidadores y el conjunto de la sociedad para minimizar el impacto emocional de nuestros mayores producto del Covid-19?
Todo indica que la mejor manera de abordar este nuevo escenario es corrigiendo otros factores clave en el bienestar de los ancianos. Como empresa de asistencia domiciliaria somos conscientes de que la soledad se ha convertido en una enfermedad cronificada y nos esforzamos en aportar soluciones para erradicar esta otra pandemia.
Desde Cuidum planteamos la asistencia a mayores en sus propios domicilios como una fórmula eficiente enfrentarse a estos problemas. Pero es responsabilidad de todos asumir este compromiso con la población más vulnerable frente al coronavirus y frente a la soledad.
Un comentario
Gracias por la información Cuidum.