En las últimas décadas, la dependencia se ha mostrado como una problemática que no solo ha afectado a la persona mayor y a su familia, se ha convertido en un punto de interés que termina afectando a la sociedad en su conjunto.
De acuerdo a estudios, la población de adultos mayores de 50 años en adelante se encuentra en aumento en comparación con la población de entre 30 y 49 años; y con ello la tasa de dependencia de personas mayores iría también en ascenso de acuerdo a lo que está marcando las tendencias actuales y a la estrecha relación que guardan. Por lo que contar con una población con más años de vida, conlleva a su vez una población asociada a enfermedades que demandan de mayor cantidad de cuidados y atención especial.
En la actualidad, la dependencia de las personas mayores se ha convertido en un sector cuya importancia económica es creciente y relevante; y donde sus costos van en alza. El creciente número de ancianos en situación de dependencia, los cambios en la organización administrativa y el panorama sobre la economía del país, forman parte de algunas de las incertidumbres ante un futuro desconocido, y que deseamos sea viable para nuestros mayores.
¿Qué entendemos por dependencia?
Definimos a la “dependencia” como al estado donde las personas con pérdida de autonomía física, mental y sensorial, necesitan del cuidado y atenciones de otros para realizar sus actividades básicas y terminan afectando a las labores de la vida cotidiana.
La dependencia puede presentarse en cualquier edad, sin embargo cuando se llega a la etapa de vejez, mayores son las causas de presentar enfermedades que conlleven a necesitar del cuidado especial de otra persona. Donde puede presentarse varios tipos y en diferentes grados.
Tipos de Dependencia
Dependencia Física: Este tipo de dependencia viene frecuentemente ligada a la vejez, donde las personas mayores con el paso de los años empiezan a perder el control de sus funciones corporales y su interacción con los elementos físicos de su entorno. El ejemplo más común, como es la esclerosis múltiple.
Dependencia Mental: Este tipo de afectación se va presentando mayoritariamente de forma lenta y progresiva, siendo incapaces de expresar sus necesidades y de cuidarse a sí mismas, incapacidad de resolver problemas y tomar decisiones. El Alzheimer es un ejemplo de esto.
Dependencia Sensorial: Este tipo de dependencia repercute en la capacidad de la persona para desarrollarse en su vida cotidiana, afectando principalmente sentidos como la vista y el oído.
Dependencia Mixta: Puede iniciarse a partir de una enfermedad que tiene afectación física asociada a problemas sensoriales. Como es el caso de la enfermedad del Parkinson.
Más necesidades de cuidados
Como consecuencia de su situación personal, resulta difícil llevar a cabo ciertas tareas que antes eran rutinarias, como los cuidados personales diarios, el desplazamiento dentro del hogar o las labores del mismo. Por este motivo, son básicos los cuidados de larga duración, sobre todo en el caso de las mujeres, puesto que registran una mayor prevalencia de discapacidades y, a menudo, viven en una situación de mayor soledad tras quedarse viudas. Por lo que se debe esperar a que la necesidad de asistencia aumente progresivamente con el tiempo.
La esperanza de vida aumenta y cada vez es más creciente la población de avanzada edad, por lo que se debe estar preparado para afrontar los retos que nos enfrentamos ante la sociedad.