Un ejemplo de cuidador
Hoy os traemos la historia de un cuidador de película. Seguramente conozcáis Intocable, la película más taquillera de Francia que cuenta la historia de cómo la relación entre una persona en situación de dependencia y su cuidador acaba terminando en una bonita amistad.
La película cuenta la vida de Phillippe, un aristócrata francés que sufre un grave accidente que lo deja tetrapléjico, motivo que le obliga a buscar a un asistente personal que le ayude en sus necesidades vitales. Ahí es donde aparece Driss, un inmigrante recién salido de la cárcel cuyo único objetivo es conseguir una firma para poder cobrar el paro.
En un principio toda relación entre ellos parece imposible. Sin embargo, la vitalidad de la persona que lo cuida, su sentido del humor y su optimismo acaban por contagiar a Phillipe, cuyas ganas de vivir mejoran por momentos.
[bctt tweet=»La vitalidad del cuidador, su sentido del humor y su optimismo acaban por contagiar» via=»no»]
Esta historia, que tan improbable parece llevar a la realidad, es la vida real de Phillipe Pozzo di Borgo y su cuidador Abdel Sellou. Lo que empezó como relación profesional, acabó por convirtiéndose en una amistad; así lo relata el aristócrata en su libro.
Es sin lugar a dudas una lección de humildad que nos lleva a la importancia de la figura del cuidador. Figura que ha sido reconocida como fundamental en la Convención de los Derechos de las Personas con Discapacidad (art. 19) para asegurar el derecho de estas personas a vivir en condiciones iguales a las de las demás.
[bctt tweet=»Intocable: una lección de humildad que nos lleva a la importancia de la figura del cuidador. » via=»no»]
Y es que Phillippe pasó a encontrarse en una situación de dependencia de un día para otro y se vio en la necesidad de contratar a un cuidador. La persona que inicialmente se iba a dedicar a sus cuidados, acaba convirtiéndose en un compañero de viajes.
La función del cuidador no sólo es la de prestar los apoyos necesarios para satisfacer las necesidades básicas y aquéllas derivadas de su condición de dependencia. En la medida de lo posible es fundamental que esta figura sea también capaz de mantener el ánimo de la persona a la que cuida.
[bctt tweet=»La función del cuidador no sólo es la de prestar los apoyos necesarios para satisfacer las necesidades básicas, también mejorar el ánimo.» via=»no»]
La importancia de permanecer activo produce efectos muy positivos en el ánimo de la persona en situación de dependencia. El hombre es activo por naturaleza y hay que procurar que se mantenga esta actividad. Y reír, a fin de cuentas, es una forma de ejercitar el cuerpo.
Intocable es la muestra de que una grave situación de dependencia, puede verse mejorada por la figura de un cuidador. Prueba de ello es el final feliz de esta historia: los diez años de servicio del verdadero Phillipe y Abdel.
Al igual que Phillippe, cualquier persona puede pasar a encontrarse en una situación de dependencia de un día para otro, y verse en la necesidad de contratar a un cuidador. Esta persona que inicialmente se dedica a los cuidados, puede acabar convirtiéndose en un compañero de viajes.