Mujeres cuidadoras de personas dependientes
- Alrededor del 89 % de las cuidadoras españolas son mujeres de mediana edad.
- Los cuidados domiciliarios son un sector con un gran protagonismo de la mujer y con un escaso reconocimiento por parte de la sociedad.
- La precariedad y la falta de garantías laborales comprometen el bienestar de las mujeres cuidadoras.
Cada 8 de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer. En las principales ciudades del mundo se realizan actividades para reconocer la figura de la mujer en diferentes ámbitos de la sociedad. Es importante que este reconocimiento también se haga notar en el sector de los cuidados domiciliarios, donde la mujer ha sido tradicionalmente la gran protagonista, pero también la gran olvidada.
Cuidadoras de personas mayores: Mujeres de mediana edad y con cargas familiares
El perfil de las mujeres cuidadoras ha variado muy poco en las últimas décadas. Este sigue siendo un ámbito laboral mayoritariamente femenino, protagonizado por mujeres de mediana edad y con una importante presencia de trabajadoras de origen extranjero.
Suelen ser mujeres con una larga trayectoria en el ámbito de los cuidados a personas mayores. Pero la precariedad laboral y la falta de reconocimiento de sus funciones les impide disfrutar de las ventajas de la profesionalización de la labor que desempeñan.
Además, estas trabajadoras incansables arrastran por lo general importantes cargas familiares. Resulta muy complicada la conciliación familiar en un escenario en el que ni su faceta como madres ni su trabajo como cuidadoras reciben el tratamiento que se merecen.
Mujeres y cuidados: Una función infravalorada y con tintes patriarcales
Entre algunos de los problemas a los que se enfrenta el proceso de profesionalización de los cuidados a domicilio está la visión patriarcal de este trabajo. Cuidar de padres, abuelos, tíos y otros familiares mayores ha sido tradicionalmente una labor de las mujeres.
A pesar de los cambios que ha ido experimentando el sector de la asistencia domiciliaria, sigue siendo un ámbito en el que la discriminación de género sigue estando muy presente. Tanto es así que las mujeres cuidadoras representan el 89 % de las trabajadoras del sector.
Paradójicamente, el protagonismo de la mujer en el ámbito de los cuidados domiciliarios no implica una mejora en sus condiciones laborales ni un mayor reconocimiento de su labor. Lejos de lo deseable, la mayor presencia de mujeres cuidadoras se traduce en una economía sumergida que caracteriza a este tipo de empleo reflejado a través de la ausencia de contrataciones legales, sueldos por debajo del SMI, trabajo precario y ausencia de seguridad laboral.
La situación de las cuidadoras no profesionales es aún peor. Para ellas no existe ni siquiera la necesidad de recibir una compensación económica por la labor que realizan. Su trabajo se justifica como una necesidad que asumen en calidad de mujeres, porque es lo que se espera de ellas.
Mientras tanto, el cuidado de un familiar mayor consume su tiempo y su salud sin ningún atisbo de reconocimiento. Normalizar esta situación, aunque no nos afecte de forma directa en nuestro núcleo familiar, es seguir participando de una concepción errónea y patriarcal de los cuidados domiciliarios.
Cuidadoras a domicilio: por unos derechos laborales dignos
El Día Internacional de la Mujer es un buen momento para reflexionar sobre todos aquellos aspectos pendientes en la sociedad en cuestión de sexos: brecha salarial, discriminación de género, infravaloración…
Por otro lado, trabajar en el cuidado de personas mayores implica ciertos riesgos físicos, psicosociales y biológicos. En ausencia de contrataciones reguladas y con un marco legal demasiado laxo al respecto, las cuidadoras pueden acabar enfrentándose a situaciones personales realmente complicadas.
Al exceso de trabajo y al desgaste emocional se suman otros aspectos como las lesiones físicas, la mayor exposición a algunas enfermedades e incluso las agresiones. Sin una regulación adaptada a las necesidades de estas trabajadoras, no existen garantías para su seguridad presente y futura.
El reconocimiento del trabajo de las cuidadoras a domicilio debe ir acompañado del cumplimiento de unos derechos laborales dignos. Horarios regulados, sueldos conforme a lo que establece la ley, tiempos de descanso, vacaciones remuneradas y bajas médicas reconocidas. Tanto a nivel empresarial como personal, las campañas de información y concienciación sobre este tema resultan esenciales para que se produzca al fin este cambio de paradigma.
Al menos las iniciativas por la profesionalización del sector son cada vez más notables. En Cuidum somos especialistas en la búsqueda y contratación de profesionales para el cuidado de personas mayores a domicilio, lo que supone un importante respaldo a las mujeres cuidadoras y al respeto y reconocimiento de la labor social que realizan.