El glaucoma es una enfermedad neurodegenerativa que a día de hoy constituye una de las principales causas de ceguera. El rápido avance de sus síntomas puede hacer que el paciente pierda hasta el 40% de la visión antes de ser correctamente diagnosticado. El Día Mundial del Glaucoma es una fecha que tiene como finalidad dar a conocer la importancia que tiene su diagnóstico precoz y evitar daños irreversibles en la visión.
Día Mundial del Glaucoma:
12 de marzo
¿Te imaginas el duro golpe a nivel físico y emocional que supondría la pérdida de la visión? Alrededor de 60 millones de personas en todo el mundo podrían relatarte el miedo, la angustia y la desesperanza que provoca el hecho de padecer glaucoma. Datos que maneja en la actualidad la Sociedad Española del Glaucoma, unas cifras que evidencian la relevancia de una enfermedad que tan sólo en España padecen más de medio millón de personas y que, junto a la diabetes, constituye una de las principales causas de ceguera.
En sentido estricto, el glaucoma no es una enfermedad sino un grupo de hasta 60 enfermedades oculares que afectan al nervio óptico. Este nervio es el encargado de enviar al cerebro toda la información que recibimos a través de los estímulos visuales. Los daños en el nervio óptico son irreparables y, en consecuencia, conducen a la ceguera.
Pero, ¿realmente está todo perdido? El Día Mundial del Glaucoma, que se celebra desde 2008 cada 12 de marzo, es una buena fecha para abordar la enfermedad desde una perspectiva mucho más esperanzadora. Aunque el glaucoma es una patología incurable, el diagnóstico temprano puede frenar su avance y garantizarle al paciente unas condiciones de visión estable durante muchos años.
El avance silencioso: Síntomas y características del glaucoma
El deterioro progresivo del nervio óptico suele deberse a deficiencias en la filtración del líquido intraocular y al consecuente aumento de presión en el ojo. Ese líquido experimenta una renovación constante y es filtrado antes de ser conducido al torrente sanguíneo. La acumulación de líquido genera presión en el nervio óptico, que va perdiendo las neuronas encargadas de transmitir información visual.
La complejidad del diagnóstico temprano de esta enfermedad está en su carácter generalmente asintomático. El glaucoma no se suele manifestar de manera evidente hasta que el proceso irreversible de pérdida de visión ya está en marcha. Inicialmente afecta a la visión periférica y con frecuencia el paciente ni siquiera repara en ello, compensando esa pérdida con movimientos inconscientes de la cabeza.
Cuando este deterioro se extiende a la visión central, frenar el avance de la enfermedad resulta más complicado, de ahí que el diagnóstico a tiempo sea decisivo. Sin embargo, apenas la mitad de los pacientes son diagnosticados antes de haber perdido un 40% de la visión y sólo un 20% tienen acceso al tratamiento adecuado.
Por otro lado, según el tipo de glaucoma y del nivel de gravedad que haya alcanzado la enfermedad, el paciente podría empezar a experimentar algunos de los siguientes síntomas:
- Cefaleas intensas
- Molestias oculares
- Enrojecimiento de los ojos
- Visión borrosa
- Puntos ciegos aleatorios
- Halos alrededor de puntos luminosos
¿Por qué el glaucoma en ancianos es especialmente peligroso?
Aunque es cierto que el glaucoma es una patología que se puede desarrollar a cualquier edad, incluso en los niños y en los bebés, son los pacientes mayores de 60 años los que se exponen a un mayor riesgo de padecerla. El envejecimiento y otros factores degenerativos y genéticos, hacen que la enfermedad resulte especialmente delicada en personas mayores. Por todo ello es tan importante estar al corriente de cualquier cambio en las capacidades visuales y realizarse las revisiones oftalmológicas pertinentes a tiempo.
A partir de los 70 años de edad la prevalencia del glaucoma aumenta del 2,3% en personas de entre 60 y 69 años al 3,5%. Este incremento se debe también a que durante estas edades se presentan con mayor frecuencia otros factores de riesgo asociados como:
- Diabetes
- Hipermetropía y miopía extremas
- Aumento de la presión intraocular
- Enfermedades cardíacas
- Problemas de presión arterial
- Lesiones oculares como consecuencia de cirugías previas
- Abuso de gotas oftálmicas y corticoesteroides
Pautas Sencillas en la tercera edad
La enfermedad resulta especialmente peligrosa a estas edades porque los tratamientos empleados para reducir el avance de la enfermedad pueden verse comprometidos por otras condiciones médicas, patologías crónicas o terapias farmacológicas ya en marcha. No obstante, tanto si existe especial riesgo de desarrollar glaucoma como si no, es importante proteger los ojos durante la tercera edad con pautas tan sencillas como:
- Lavar los párpados a diario
- Mantener los ojos bien hidratados
- Controlar los niveles de azúcar y colesterol
- Evitar forzar la vista en condiciones de escasa luminosidad
- Realizar ejercicios oculares para enfocar a diferentes distancias
En este Día Mundial del Glaucoma es otra de esas muchas citas en el calendario que nos invitan a conocer una realidad médica con la que tal vez aún no estábamos relacionados. En Cuidum te animamos a seguir de manera periódica nuestro blog «El rincón de los mayores» y a conocer las particularidades de otras enfermedades relevantes en ancianos y otros grupos de población para tomar conciencia de estos problemas y aportar tu granito de arena en la búsqueda de soluciones.