El ictus es una de las principales causas de discapacidad en adultos, afectando tanto al paciente como a su entorno familiar. Según estudios recientes, los familiares de personas con ictus dedican más de 30 horas semanales al cuidado de sus seres queridos, una cantidad de tiempo que equivale a una jornada laboral completa. Este nivel de compromiso genera un impacto significativo en la vida personal y laboral de los cuidadores, quienes deben adaptarse a las necesidades físicas y emocionales del paciente.
Las ayudas para personas con ictus
El cuidado de personas con ictus conlleva una carga considerable para los cuidadores familiares, quienes dedican gran parte de su tiempo a las necesidades del paciente. Un estudio realizado por el Parc Sanitari Pere Virgili de Barcelona, concluye que los cuidadores informales, es decir, aquellos que no reciben una remuneración, dedican de media más de 30 horas semanales al cuidado de personas con ictus. Esto equivale al 76,8% de una jornada laboral estándar de 40 horas, lo que refleja la intensidad del esfuerzo requerido.
El estudio analizó las características e intensidad de los cuidados informales, contando con la participación de 132 pacientes del ensayo clínico Racecat y sus cuidadores. A los seis meses del episodio de ictus, los cuidadores respondieron preguntas sobre aspectos como la carga percibida, la intensidad de la atención prestada, su calidad de vida y bienestar emocional.
Los investigadores concluyeron que la carga aumenta proporcionalmente según el grado de dependencia del paciente, lo que implica que cuanto más dependiente sea la persona con ictus para realizar actividades diarias, mayor será la presión sobre el cuidador. Este tipo de situación puede afectar significativamente la salud mental y física del cuidador, especialmente en etapas donde la atención es constante y no existe acceso a servicios de apoyo adecuados.
Es fundamental que los cuidadores y familiares que se dedican al cuidado puedan acceder a ayudas económicas y servicios de apoyo para reducir esta carga. Las ayudas basadas en la dependencia permiten que los pacientes de ictus reciban atención profesional o acceso a centros de día, lo que alivia en parte la carga del cuidador. Además, el acceso a servicios de descanso y apoyo psicosocial es clave para mejorar la calidad de vida tanto del paciente como del cuidador.
Perspectiva de género en el cuidado de personas con ictus
El cuidado presenta un fuerte componente de género, ya que la mayoría de los cuidadores de personas con ictus son mujeres, concretamente y según el estudio, se trata de un 74,2%. Los investigadores han observado que las cuidadoras cuya situación no está regularizada, en su mayoría mujeres, tienen una media de edad de 59,4 años.
Aida Ribera, responsable de la Unidad de Investigación del Parc Sanitari Pere Virgili, ha destacado la necesidad de implementar medidas que incluyan apoyo psicosocial y servicios de descanso para los cuidadores. Esto es especialmente relevante para las mujeres, ya que el porcentaje de mujeres cuidadoras es significativamente mayor, lo que hace que soporten la mayor parte de la carga de cuidado. Estas medidas buscan no solo mejorar la calidad de vida de los cuidadores, sino también garantizar un mejor cuidado para dichas personas.
La investigadora Lorena Villa también ha enfatizado la importancia de incorporar la perspectiva de género en las políticas de soporte a los cuidadores, y la necesidad de mejorar la conciliación laboral y familiar. Es fundamental que las mujeres tengan acceso a herramientas y recursos que les permitan equilibrar su vida personal y profesional, reduciendo el impacto negativo del rol de cuidador sobre su salud mental.
La conciliación laboral y familiar en el sector del cuidado
La conciliación laboral y familiar es uno de los mayores retos que enfrentan los cuidadores de personas con ictus. Muchas familias se ven obligadas a reducir su jornada laboral o solicitar permisos para poder brindar el cuidado necesario, lo que impacta directamente en su economía y en su bienestar emocional.
Las medidas de conciliación laboral como la flexibilidad horaria o las reducciones de jornada son esenciales para que los cuidadores puedan equilibrar sus responsabilidades laborales y familiares sin comprometer su salud mental y física. Sin embargo, estas medidas no siempre son accesibles para todos, por lo que es necesario impulsar más políticas de apoyo para estas familias.
Cuanto cobra una cuidadora de ancianos por hora
Es común que tanto quienes buscan alternativas de cuidado como las propias cuidadoras pueden estar interesadas en saber qué cobra una cuidadora de personas mayores. El salario de una cuidadora de personas mayores varía dependiendo del tipo de contrato y las horas de trabajo. En 2024, la tabla salarial establece que el precio por hora de una cuidadora oscila entre los 7 y 10 euros, dependiendo de la comunidad autónoma y de las funciones específicas que realice. A continuación, te proporcionamos la tabla salarial empleadas de hogar 2024:
Además del salario, las condiciones laborales y el bienestar de la cuidadora juegan un papel clave en la calidad de atención que recibe el paciente. Las cuidadoras de personas mayores, especialmente aquellas que atienden a pacientes con secuelas de ictus, asumen un rol que exige tanto esfuerzo físico como emocional. En este sentido, es esencial que cuenten con un entorno laboral que respalde su bienestar, ya que esto no solo beneficia a la cuidadora, sino también al paciente.
Un aspecto importante es la jornada laboral y los descansos adecuados. Dada la intensidad de la atención que requieren los pacientes con alta dependencia, es fundamental que las cuidadoras puedan contar con tiempos de descanso suficientes y un horario que les permita mantener un equilibrio entre su vida laboral y personal.
Por último, la estabilidad contractual y el reconocimiento económico juegan un papel crucial en la motivación de la cuidadora. Garantizar contratos formales, con beneficios laborales y derechos claros, ayuda a que las cuidadoras se sientan valoradas y protegidas en su labor, incrementando su compromiso y mejorando la relación con el paciente.
¿Cuánto cobra una cuidadora por 30 horas semanales?
Una cuidadora de ancianos que trabaja 30 horas semanales puede cobrar entre 850 y 900 euros mensuales, según la tabla salarial de empleadas de hogar 2024. El precio por hora suele rondar entre 7 y 9 euros, dependiendo de las tareas que realice y del lugar en el que trabaje.
¿Cuánto cobra una cuidadora por 35 horas semanales?
Si una cuidadora de ancianos trabaja 35 horas semanales, su salario puede alcanzar entre 1.000 y 1.100 euros al mes, también dependiendo de las funciones que desempeñe y del tipo de contrato. En general, el precio por hora se mantiene entre los 7 y 9 euros.
Cuidar a alguien que ha sufrido un ictus implica una gran dedicación y empatía. Las cuidadoras no solo ayudan físicamente, sino que también ofrecen el apoyo emocional necesario para la recuperación y el bienestar del paciente.
En Cuidum, sabemos lo importante que es contar con una mano amiga y profesional en estos momentos. Nos aseguramos de que nuestras cuidadoras estén preparadas para acompañar tanto al paciente como a su familia, brindando la tranquilidad de que están en buenas manos y reciben el cuidado que merecen, sin tener que salir de casa.