La ampliación de la esperanza de vida trae consigo el desafío de vivir una vejez con plenitud. Por ello, la resiliencia juega un papel vital en el proceso de envejecimiento. La resiliencia se refiere a la habilidad que posee el ser humano para adaptarse de manera positiva ante situaciones adversas, aplicando este concepto en todas las etapas del ciclo vital, incluyendo la etapa tardía de las personas.
El envejecimiento suele asociarse con situaciones de pérdida de seres queridos, deterioro físico y sensorial, limitación económica, profesional o abandono. La perspectiva de la resiliencia parte de un enfoque positivo, en el que la persona mayor mantiene sus niveles de funcionamiento de forma tal que le ayuda a afrontar circunstancias adversas.
Los mayores resilientes son aquellos que conservan su identidad propia a pesar de los elementos que cambian, como su rol social, imagen corporal, sexualidad, entre otros.
Etapa de vejez y resiliencia
Cuando se llega a la etapa de la vejez, la persona ha logrado acumular una serie de conocimientos, actitudes y experiencias a lo largo de su vida que le han otorgado habilidades y capacidades para afrontar situaciones de cotidianidad y adversidad.
Para poder adaptarse a situaciones cambiantes y a nuevos entornos, es necesario llevar a cabo ajustes en la conducta, así como en los pensamientos y en las interrelaciones. Esto no solo se realiza durante la vejez, sino durante toda la vida, dado que en cada etapa debemos afrontar ciertas dificultades. Durante la vejez los procesos de adaptación deben apoyarse en relaciones significativas y en actitudes positivas, dentro de un entorno social y físico saludable.
Envejecimiento positivo y satisfactorio
A pesar de las limitaciones y de las dificultades que la persona mayor debe afrontar durante el proceso de envejecimiento, es necesario trabajar su resiliencia, porque esta es la herramienta que le ayudará a superar los siguientes cambios:
Cambios biológicos
Disminución de las habilidades físicas, cognitivas y sensoriales.
Cambios psicológicos
Continua añoranza por el pasado, estados de depresión o de estrés, sentimientos de frustración.
Cambios sociales
La sensación de sentirse un estorbo, un mantenido, o poco productivo.
A través de la resiliencia, la persona mayor será capaz de mantener su identidad a pesar de todos estos cambios, puesto que será el vehículo que le ayudará a compensar sus habilidades, así como a afrontar las situaciones sociales que les son adversas. La resiliencia es la facultad que debe tener la persona mayor para quererse a sí misma, autorealizarse y superar el estrés, elevando su calidad de vida. De esta forma su proceso de envejecimiento será satisfactorio.
Características básicas de la resiliencia durante la vejez
Dos son las características que conforman la base de la resiliencia durante la vejez: la neuroplasticidad y un buen sistema inmunológico. La plasticidad consiste en la capacidad de nuestro cerebro de desarrollar los procesos necesarios que permiten adaptarnos al medio con éxito.
Neuroplasticidad
La neuroplasticidad tiene lugar cuando el sistema nervioso logra reducir los efectos de alteraciones que se dan como consecuencia de influencias internas y externas. Es normal que durante la vejez la neuroplasticidad sufra cierto declive. Por ello, es importante seguir programas de mantenimiento y mejora de la memoria, de llevar a cabo actividades de reforzamiento de la inteligencia, así como participar en procesos de aprendizaje.
Sistema inmunológico
Con respecto al sistema inmunológico, este depende del sistema nervioso. Por lo tanto, los pensamientos y emociones inciden en la aparición de enfermedades y predispone la recuperación. Es por ello que el aislamiento social que sufren algunos ancianos los dispone a contraer enfermedades.
Las personas mayores que gozan de gran resiliencia tienen la ventaja de poseer un sistema inmunológico regulado, dado que han acumulado experiencias favorables de superación de dificultades, tienen mayor capacidad cognitiva y han superado situaciones de estrés emocionales. Esto favorece la longevidad y retrasa el envejecimiento biológico.
¿Qué contribuye al envejecimiento positivo?
Durante la etapa de vejez es necesario utilizar algunos recursos personales que permiten potenciar la resiliencia y contribuir con un envejecimiento positivo o satisfactorio:
Control personal
El sentido de control personal contribuye con la imposición de metas, reforzando la motivación. El anciano necesita ejercer el control sobre su propia vida, así sea de forma real o percibida.
Actitud optimista
Este tipo de actitud es una fortaleza psicológica necesaria para vivir el resto de nuestros días en forma plena y esperando lo mejor del futuro. Además, el optimismo incide favorablemente en la salud mental y física.
Emociones positivas
Los adultos mayores tienden a ser más tolerantes con los demás, y son menos prejuiciosos. Emociones positivas como el altruismo, el amor, el perdón, la solidaridad y la gratitud generan un gran valor en la construcción de la resiliencia.
Espiritualidad
Dentro del proceso de resiliencia, este factor juega un papel importante, dado que a lo largo de su vida el anciano ha hecho evolucionar su espiritualidad. Esta le ayuda a afrontar los cambios y proporcionar un sentido de bienestar.
Condiciones para afrontar una vejez positiva
La correcta adaptación de las personas mayores a la etapa de vejez depende de ciertas condiciones que la favorecen, tales como:
Aceptación de cambios
Para un óptimo envejecimiento, la persona ha de aceptar los cambios físicos derivados de la falta de fuerza, agilidad, productividad, y de cambios corporales visibles como las arrugas. También se debe aceptar positivamente la disminución de rendimiento en otras áreas, y por ello la resiliencia ayuda a aceptar esos cambios a través de un buen nivel de autoestima.
Estilo de vida activo
Además de moverse físicamente a través del ejercicio físico, es necesario que el mayor persiga actividades recreativas y culturales. El estilo de vida activo también se refiere al autocuidado, así como al mantenimiento de su entorno y seguir una dieta saludable.
Consecución de proyectos
Durante la vejez es necesario organizar la vida con cosas importantes a realizar, como por ejemplo, seguir con ciertas rutinas: ver a hijos y nietos, cuidar la casa, etc.
Proyectos de aprendizaje
La persona mayor dispone de mucho tiempo que puede emplear para participar en nuevos aprendizajes. La resiliencia predispone a la persona a seguir aprendiendo, en vez de dedicar su tiempo libre a pasar el rato o a dar vueltas.
Participación social
Los mayores resilientes se interesan por cultivar sus redes de amistades, así como las relaciones familiares y sociales. De esta manera, los afectos y la autoestima se retroalimentan.
Gestión de las emociones
La estabilidad emocional contribuye a vivir más años porque evita caer en pensamientos negativos que ponen barreras a la adaptación.
Visión de futuro
Esto no significa olvidar el pasado, porque siempre se añoran otros tiempos. Gracias al poder de la resiliencia, el mayor logra estar en paz con su pasado, perdona, elimina el rencor o la culpabilidad, y olvida de forma consciente.
Desde Cuidum somos conscientes de que cuando el adulto mayor logra activar sus habilidades de resiliencia mejora su calidad de vida y goza de su propio bienestar. Los cuidadores quienes cuidan de ellos también pueden contribuir en mayor medida con la activación de las herramientas de resiliencia, así como con una correcta estimulación de prácticas de autovaloración, autoestima y autocuidado.
2 comentarios
Soy una hija q cuida a sus padres 98 y 90 años con problemas de salud mobilidad y alzahimer. Mi papá llora y se deprime y no se q hacer para q no sufra de verse a él sin tanta mobilidad y de ver a su compañera sin poder conversar con ella como antes. Quiero tener la forma de poder decirle cosas q lo hagan estar más tranquilo. Gracias.
Hola Cecilia, lamento mucho escuchar sobre la difícil situación que estás atravesando con tus padres. Cuidar de seres queridos mayores, especialmente cuando enfrentan problemas de salud y demencia, puede ser emocionalmente desafiante.
En particular, la tristeza y la depresión que está experimentando tu papá al ver las limitaciones de movilidad y la demencia de tu madre añaden una capa adicional de preocupación.
En estos momentos, la comunicación es clave. Es importante hablar con tu papá de una manera que le haga sentir apoyado y comprendido. Asegúrale que estás ahí para él y que comprendes que puede ser difícil ver a tu madre en esa situación. Puedes enfocarte en resaltar los aspectos positivos, recordando juntos momentos felices y actividades que aún pueden disfrutar en la medida de lo posible.
Fomentar actividades positivas que estimulen la conexión emocional puede ser útil. Busca momentos y actividades que puedan disfrutar juntos, aunque sean simples, para fortalecer el vínculo familiar.