No se ha hecho de esperar. Tras una brevísima calma a comienzos del verano, las alarmantes cifras de contagio vuelven a ser noticia. Junto a ellas, otra realidad desalentadora que también se repite y que sitúa a las personas mayores en el punto de mira de la pandemia. ¿Estamos preparados para afrontar junto a nuestros familiares mayores la segunda ola del Covid-19?
Las personas mayores y los problemas de la segunda ola del Covid-19
El virus sigue presente y resulta complicado compatibilizar los hábitos y rutinas de este nuevo escenario con las medidas de seguridad implantadas para la contención de los contagios.
En el caso de las personas mayores, uno de los grupos más vulnerables durante esta pandemia, la nueva normalidad está marcada por una serie de cambios que, de forma directa o indirecta, afectan a su bienestar físico, mental y emocional.
- Muchos centros de día aún permanecen cerrados.
- Las familias retoman su actividad (trabajo, colegio, ocio…).
- El teletrabajo resulta cada vez más incompatible con el cuidado y la atención de los adultos mayores y/o dependientes.
- El incremento progresivo de los contagios obliga a extremar las precauciones con los grupos vulnerables y a limitar los contactos.
- Se empiezan a retomar las restricciones de movilidad como medida preventiva.
- La amenaza de un nuevo confinamiento genera ansiedad e incertidumbre.
- Las residencias de ancianos han demostrado no ser una alternativa asistencial segura en términos de prevención de los contagios.
- Las malas experiencias vividas hace unos meses siguen todavía muy presentes e impiden mirar hacia el futuro con mayor optimismo.
¿Están los centros residenciales preparados para una segunda ola del Covid-19?
Cuando recordamos los momentos de la pandemia, se nos vienen a la mente las noticias relacionadas con el estado de las residencias de ancianos, su alto índice de fallecimientos y sus limitaciones a la hora de gestionar el problema. Pero, tras el final del confinamiento, ¿se puede hablar de un cambio en este escenario?
La inexistencia de planes de contingencia en caso de contagio, la escasez de personal, el difícil acceso a los equipos de protección individual (EPIs), la falta de organización de las tareas y la sobrecarga de trabajo de la plantilla, son un suma y sigue que se traduce en la merma en la calidad de los servicios asistenciales y, en consecuencia, en la seguridad de las personas mayores y en la tranquilidad de sus familiares.
¿Qué ha cambiado con respecto a la primera ola de la pandemia?
A pesar de que aún queda un largo camino por recorrer hasta encontrar la vacuna que ponga punto final a la pandemia, lo cierto es que el conocimiento que hoy día tenemos sobre el virus ha avanzado mucho con respecto a lo que sabíamos a comienzos de año. Y lo más importante de todo, también ha cambiado nuestra manera de afrontar la situación.
A pesar de los datos poco favorables, todavía podemos sacar algo positivo. Ahora que somos conscientes del alcance de la enfermedad, sobre todo en los grupos de población más vulnerables, disponemos de los medios y de la determinación necesaria para proteger mejor a nuestros seres queridos mayores.
No obstante, son muchas familias las que aún no se atreven a dar ese primer paso en la búsqueda de una alternativa asistencial mucho más eficiente y segura para sus mayores.
¿Cuáles son las principales dudas y miedos que sienten las familias?
- No saben cómo afrontar el cuidado de una persona mayor en casa, ya que no poseen experiencia.
- Se sienten abrumadas por una situación que se complica con otras obligaciones como el trabajo o el cuidado de los hijos.
- No están al corriente de las diferentes modalidades de contratación de asistencia domiciliaria de las que se pueden beneficiar.
- No disponen de otras opciones que antes resultaban de gran utilidad como los centros de día.
- Entre los familiares no logran ponerse de acuerdo sobre el servicio asistencial que requieren sus familiares mayores.
- Tienen un concepto erróneo del coste económico que supone la contratación de un cuidador de personas mayores.
¿Buscar cuidadores a domicilio? Toma a tiempo la decisión adecuada
¿Tienes personas mayores o dependientes a tu cuidado? No se trata solo de tomar la decisión adecuada sino de decidirse a tiempo. El mejor futuro para tus mayores está en el propio hogar y con las garantías de atención y seguridad que proporcionan las cuidadoras y cuidadores a domicilio.
Desde el final del estado de alarma son varias las familias que han optado por cuidar a sus familiares mayores en casa, para tranquilidad de ambas partes. Sin embargo, estos últimos meses y la vuelta a las rutinas laborales y académicas han demostrado que el cuidado de mayores dependientes puede suponer una sobrecarga de trabajo inabarcable.
Busca ayuda. A través de empresas especializadas en la atención de personas mayores encontrarás a un perfil de cuidador de confianza y el tipo de asistencia domiciliaria que mejor se adapte a tus necesidades. La alta concentración de personas mayores institucionalizados y la falta de medios de protección en las residencias, hacen de estas un lugar poco seguro para sus familiares en tiempos de pandemia. El hogar siempre será el lugar más seguro y cercano para los mayores. Sean cuales sean las circunstancias sanitarias, no hay nada como estar en casa para sentirse realmente protegidos.
No te dejes desalentar por las malas noticias. Por fortuna, existen alternativas para afrontar esta segunda ola del Covid-19 de una forma mucho más eficiente. Desde Cuidum ponemos a tu disposición todas las herramientas necesarias para proteger a tus mayores con los mejores profesionales en el ámbito de los cuidados a domicilio. Ya lo habíamos demostrado con nuestro trabajo y esfuerzo antes de la pandemia, lo corroboramos durante el confinamiento y ahora volvemos a consolidarnos como la mejor alternativa asistencial a domicilio.
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