La soledad se ha convertido en los últimos años en un problema de salud capaz de equipararse a otros más llamativos como podría ser el tabaquismo. La situación se vuelve realmente compleja cuando se trata de personas mayores, ya que la soledad puede desembocar fácilmente en problemas de salud y en sentimientos como el aislamiento social, el miedo o la tristeza. Por ello, conviene que prestes atención a este problema.
La soledad es una situación alarmante
Según estudios recientes, casi dos millones de personas mayores viven en completa soledad en España. Las causas pueden ser tan variadas como el enviudar o la salida de los hijos del hogar familiar.
En estas circunstancias, la vida de muchas personas mayores se vuelca en una espiral de aislamiento que termina produciendo una serie de afecciones tanto psicológicas como físicas que pueden acelerar el deterioro de la salud.
No obstante, no hace falta que una persona mayor viva sola para que sienta los estragos de la soledad. En muchos casos, hombres o mujeres que comparten con sus seres queridos la vivienda no son capaces de afrontar el ritmo actual de la vida, por lo que sufren un llamado caso de soledad social que es tan peligroso como el común.
Problemas de salud asociados a la soledad
Los estereotipos y las ideas preconcebidas juegan muchas veces en contra de las personas mayores que viven solas. Es incluso probable que estas no tengan un contacto demasiado directo con vecinos o con toda la comunidad que puedan tener alrededor.
Fruto de ello se produce el temido aislamiento social, una situación que separa a la persona de la vida de la comunidad alejando sus posibilidades de entablar relaciones que para el resto de las personas son habituales.
El aislamiento mella profundamente la confianza y seguridad de las personas mayores. En poco tiempo, la exposición a esta situación derivada de la soledad hace que se viva de recuerdos y se añore a seres queridos ausentes o un estilo de vida pasado.
La reacción más frecuente a esta situación es un aumento de la tristeza y, en definitiva, la temida depresión en ancianos. Una vez se ha llegado a este punto, los problemas de salud aumentan de forma significativa, y es que el equilibrio mental es básico para asegurar el bienestar físico.
Un último paso en este camino de problemas que se derivan de la soledad es el aumento del miedo. Las personas mayores alejadas de la vida en común terminan experimentando terror e incluso pánico a quienes no conocen o a nuevas situaciones, lo que hace muy complicado que puedan salir del problema.
Una solución eficaz para la soledad
Evitar la depresión en ancianos producida por la soledad es fundamental para garantizar el bienestar que tanto merecen los ancianos que nos rodean.
Para ello se ha creado Triangle, un sistema que combina la compañía por un cuidador/a con un sistema de teleasistencia inteligente que monitoriza las actividades que la persona realiza sola analizando si se produce alguna anomalía en ellas y dando entonces una señal de alarma.
Lo importante es que los mayores se sientan seguros y acompañados, algo que Triangle consigue con eficacia.
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