La policía de Roma, hace tan solo unas horas nos ha regalado una historia llena de humanidad, que es el reflejo de dos cosas que en CUIDUM conocemos bien: La soledad de los mayores y la bondad de las personas.
La soledad de los mayores queda retratada en la Historia de Michele, de 94 años, y de Jole, su esposa, una mujer de 89. Una pareja que comparte la vida desde hace 70 años. Se encuentran pasando la noche en su casa, en Roma, en un sofocante verano. La mayoría de sus vecinos se han ido a pasar el verano a la costa o a lugares más frescos y se han quedado solos en la ciudad.
La soledad comienza a ser abrumadora y aunque se tienen el uno al otro, la desesperanza anida en sus corazones. Tanto que las lágrimas se convierten en un grito desesperado, que alguien escucha e informa a la policía.
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La policía de Roma acude a la llamada. Llegan a un apartamento y descubren que no hay nadie a quien salvar, nadie a quien detener. No hay estafadores como a veces sucede con los ancianos, no hay ladrones, no hay heridos. Hay dos almas a las que hay que tranquilizar.
Descubren un apartamento donde todo habla de una larga vida juntos y de un presente lleno de soledad. Los policías Romanos comprenden que es momento de aparcar el uniforme y que su mejor arma esta noche es la ternura. Piden permiso para acceder a la despensa e improvisan una cena para Michele y Jole. Un sencillo plato de pasta con mantequilla, queso y sobretodo mucho calor humano. Una comida que en esta calurosa noche llenará algo más que los estómagos de los ancianos.
Andrea en la cocina y Alessandro, Ernesto y Mirko para entretener a dos nuevos amigos. De pronto hay una cena familiar en el apartamento de Michele y Jole, que se alarga hasta que una ambulancia se une a la fiesta para constatar que los pacientes no sufren ninguna enfermedad física, pero sí un mal muy grave y con una gran incidencia en nuestra sociedad. Sufren la epidemia de la soledad.
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