Últimos avances científicos para luchar contra el parkinson
Seguimos intentando acercaros los temas de actualidad entorno a algunas patologías como son el Parkinson, el alzheimer y otras demencias. Hoy queremos contaros los últimos avances científicos para luchar contra el parkinson.
Investigadores norteamericanos han observado que los cerebros con enfermedad de Parkinson ven reducida la cantidad de Ganglíósido GM1, una sustancia protectora del cerebro que tiene propiedades fisiológicas que se relacionan con la plasticidad neuronal. Lo que les ha llevado a desarrolla pruebas para administrar gangliósido GM1 de forma exógena y convertirlo en un tratamiento muy interesante para los pacientes con la enfermedad de parkinson.
El Dr. Schneider, Director de la Unidad de Investigación de la Enfermedad de Parkinson y Profesor en el Departamento de la Patología, Anatomía y Biología Celular; junto al Departamento de la Neurología de la Universidad Thomas Jefferson en Estados unidos lo demostró en un estudio donde administraba esta sustancia (GM1) en una pequeña cantidad de pacientes. La Mejoría en síntomas fue observada en los pacientes que recibieron GM1 comparado a los pacientes que recibieron un placebo inactivo.
Pero en palabras del propio Dr. Schneider “estábamos pensando que tiene que haber una forma de evitar la administración exógena. En vez de poner más GM1 en el cerebro, ¿por qué no intentar que el cerebro hiciera más?”.
Esta nueva línea de investigación les llevó a encontrar que existe una enzima, llamada sialidasa, que es capaz de convertir otras moléculas que se encuentran naturalmente en el cerebro en el gangliósido GM1. Probaron a aumentar los niveles de sialidasa, en ratones modificados. Y, tras inyectar continuamente la enzima en el cerebro del roedor, los investigadores consiguieron simular la aparición del Parkinson. De esta forma, demostraron que en este ratón se había producido una protección neuronal en niveles similares a los observados en los ratones inyectados directamente con gangliósido GM1.
En tanto que la sustancia gangliósido GM1 no es fácil de obtener ni de administrar a las personas con la enfermedad, existe una barrera para la administración de este tratamiento y esta nueva línea de investigación potenciando la creación del gangliósido GM1 endógenos es muy esperanzadora.
Ademas estos avances están inspirando enfoques alternativos de terapia genética que están siendo investigados ya que el potencial de esta tecnología va más allá de ralentizar la enfermedad de Parkinson, pudiendo llegar a lograr grandes avances también en otras enfermedades neurodegenerativas, como la enfermedad de Huntington y de Alzheimer.