¿Sabías que nuestro estado emocional puede repercutir negativamente en nuestra salud? Según estudios ha quedado demostrado que nuestras emociones que sentimos a lo largo de nuestra vida, pueden afectarnos físicamente y presenciarse en enfermedades, tales como la osteoporosis.
Por lo que resultaría muy importante saber detectar a tiempo estas emociones que pueden dañar nuestros huesos. La sensación de falta de apoyo, la soledad, desconfianza en uno mismo, falta de motivación y necesidad de atención, son algunas de las emociones que posiblemente puedan generar la osteoporosis. Como otras muchas enfermedades, esta tiene una serie de condicionantes que pueden provocar una mayor probabilidad de padecerla.
Los factores de riesgo modificables y no modificables; hay que tenerlos controlados e identificados es fundamental para reducir el riesgo o al menos para que sus síntomas sean un tanto más llevaderos.
Factores no modificables
Cuando nos referimos a factores no modificables queremos decir que son aquellos que vienen determinados por tu herencia genética y por otros aspectos que escapan de tu control. Sin embargo, esto no significa que no haya que tenerlos en cuenta. Al contrario, es fundamental identificarlos para evitar problemas futuros con la enfermedad:
- Género: Las mujeres mayores de 50 años presentan hasta el triple de casos de osteoporosis en comparación con los hombres de la misma edad, algo que no debe pasarse nunca por alto. Sobre todo puede presentarse a causa de la falta de estrógenos generando la pérdida acelerada del hueso.
- Genética: Si en el historial de nuestra familia hay casos de osteoporosis, puede que nosotros o alguno de nuestros allegados esté predispuesto a padecer la enfermedad.
- Edad: Junto con ello se debe añadir la edad. La osteoporosis se hace más probable con el paso del tiempo, por lo que no es exagerado decir que guarda una estrecha relación con la edad del paciente que la padece.
- Raza: Quienes tienen más riesgo de sufrir esta enfermedad, son los asiáticos y caucásicos, debido a las diferencias de su masa ósea.
Factores modificables
Ha quedado demostrado que aproximadamente el 70% de los casos de osteoporosis vengan relacionado con los factores genéticos, sin embargo también existen varios factores de riesgo modificables que si nos permitirán controlarlos con una detallada prevención:
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- Inactividad física: la baja actividad física a lo largo de la vida ha demostrado ser un desencadenante de casos de osteoporosis, lo que hace más que aconsejable llevar una vida activa para prevenir en gran medida esta enfermedad.
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- Consumo de alcohol: Incluyendo al tabaco y a la cafeína, provoca problemas óseos que pueden acabar derivando con el paso del tiempo en un principio de osteoporosis que ya no se podrá revertir.
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- Mala alimentación: La osteoporosis puede tener como causa oculta, una falta de calcio y vitamina D prolongada en el tiempo.
Es decir, si tu dieta no es rica en minerales que fortalezcan la estructura interna de tus huesos, estará contribuyendo a que esta enfermedad acabe desarrollándose.
- Mala alimentación: La osteoporosis puede tener como causa oculta, una falta de calcio y vitamina D prolongada en el tiempo.
- Peso: Personas con peso bajo mantienen factores de riesgo modificables, por el hecho de contar con huesos más pequeños y en ocasiones débiles.
La combinación de ambos factores
Si bien es cierto que tener predisposición genética a padecer osteoporosis puede ser suficiente para desarrollarla, no lo es menos que se pueden disminuir al máximo sus síntomas con una estrategia de vida adecuada.
Los factores modificables son los que te dan la llave para abrir la puerta de una vejez libre de los estragos de la osteoporosis. Hacer ejercicio, llevar una dieta equilibrada rica en vitaminas y minerales y, por supuesto, alejarte del alcohol y el tabaco puede marcar una gran diferencia, ya que son aspectos de tu día a día que puedes controlar y que están íntimamente relacionados con la osteoporosis.