Sin un buen descanso es imposible disfrutar de una buena salud. Esta regla que se puede aplicar a cualquier grupo de edad resulta especialmente importante entre las personas mayores. Un buen descanso es la clave para recuperarse de una enfermedad, para mantenerse en activo durante el día, para conservar la lucidez y la capacidad de comunicación y, en definitiva, para el bienestar general. Para conseguir ese descanso a veces es necesario utilizar productos ortopédicos.
¿De qué manera podemos favorecer al buen descanso de las personas mayores y dependientes?
El hecho de hacerse mayor afecta a la calidad del descanso. Con el paso de los años y por diversos motivos, a las personas mayores les cuesta más conciliar el sueño y disfrutar de un descanso reparador. Si a la propia vejez le sumamos otras patologías asociadas que provocan malestar, dolor o dificultades para respirar, nos encontramos con que no se dan las condiciones propicias para el reposo que el cuerpo y la mente necesitan.
Las ayudas técnicas para el descanso ofrecen una alternativa a las camas convencionales y están orientadas a las personas que, por limitaciones de movimiento o por cuestiones de edad, tienen necesidades especiales a la hora de acostarse en una cama. También son un instrumento de apoyo para los cuidadores y familiares que se encargan de asistir a estas personas en sus domicilios, facilitando en gran medida el trabajo que desempeñan en su día a día.
Identificar las necesidades de las personas que tienes a tu cargo e incorporar en su lugar de descaso este tipo de artículos auxiliares supondrá una importante mejora en la calidad de vida de ambos. Para ello debes asegurarte de que los productos que adquieres cumplen con los siguientes requisitos:
– Son ayudas técnicas homologadas y orientadas al cuidado de personas dependientes
– Se adaptan a las exigencias de descanso de la persona que tienes a tu cargo
– Garantizan un descanso seguro, sin riesgo de caídas
– Consiguen aliviar la tensión del paciente cuando está tumbado, recostado o sentado
– Facilitan la movilidad y las transferencias en varias posiciones
– Velan por la seguridad musculo-esquelética de familiares y cuidadores
Productos ortopédicos para la mejora del descanso
Una ayuda técnica para el descanso son los productos ortopédicos que cuenten con las homologaciones pertinentes para garantizar su uso seguro. La dificultad de escoger la opción más útil para cada paciente no está, por lo tanto, en la calidad de los materiales o en la funcionalidad de los diseños, sino en determinar qué es lo que necesita cada persona y obtener la solución entre un amplio catálogo de productos.
Las opciones son innumerables, aunque están protagonizadas por la elección de una buena cama. En torno a esta existen otros artículos auxiliares más orientados a ofrecer comodidad al paciente fuera de la cama. Entre los ejemplos más comunes de estos otros artículos que se encargan de mejorar el descanso de las personas mayores podemos encontrar:
– Sillones basculantes: son asientos amplios y confortables, perfectos para mantener a la persona sentada en una posición correcta mientras realiza otras tareas como leer, escuchar música o ver la televisión. La particularidad de estos asientos es que están provistos de un movimiento basculante que ayuda al usuario a incorporarse y ponerse de pie sin necesidad de asistencia.
– Trapecios y columpios de levantamiento: estos artículos auxiliares se colocan cerca de la cama y permiten a las personas con problemas de movilidad pasar de una posición tumbada a una erguida con mucho menos esfuerzo. Hay trapecios y columpios fijos que van instalados en la pared, mientras que otros funcionan como accesorios móviles que se pueden ir desplazando de lugar para adaptarse a las exigencias de cada momento.
– Elevadores de muebles: en este caso se trata de productos más bien destinados a la comodidad de los cuidadores. Son cuñas de diferentes tamaños y grosores que se instalan en las patas del mobiliario y que permiten ganar altura para facilitar las tareas de asistencia del día a día. Una forma rápida y económica de resolver problemas puntuales que, de forma indirecta, también afectan a la comodidad del paciente y, por lo tanto, a su descanso.
Elementos y accesorios para la configuración de una cama articulada
Puesto que la cama articulada es el elemento más destacado dentro de la categoría de ayudas técnicas para el descanso, conviene analizar sus características de forma pormenorizada. De este modo resultará más sencillo determinar cuál es la configuración ideal para cada paciente. No en vano, una cama articulada se compone de varios elementos y es la correcta combinación de estos la que permite ofrecer una solución de descanso que se adapte a las necesidades de cada persona.
¿Qué tipo de cama articulada necesitas?
Lo primero será elegir un tipo de estructura. Las camas articuladas para personas mayores y dependientes se suelen dividir en tres grupos:
- Camas articuladas con carro elevador: su altura, es decir, la distancia al suelo, se puede modificar con solo pulsar un botón gracias a un sistema automatizado. Además regular la inclinación y trabajar hasta en cuatro puntos distintos de movilidad. Así pues, las camas articuladas con carro elevador son las más completas en cuanto a prestaciones y las más adecuadas cuando se asiste a personas con capacidades de movilidad muy reducidas. Al rebajar la altura se facilita al mayor la realización de las transferencias y al elevarla, se le brinda al cuidador la posibilidad de asistir a la persona a su cargo con mayor comodidad.
- Camas articuladas sin carro elevador: tienen un diseño muy parecido al de las anteriores, con la salvedad de que este tipo de camas no incluyen un carro elevador y, por lo tanto, no permiten variar la altura con respecto al suelo. No obstante, las patas suelen ser regulables, pero una vez escogida la altura más adecuada no disponen de ningún sistema mecánico para modificarla, por lo que se quedan fijas en una determinada posición. Son las ayudas técnicas para el descanso más habituales porque, salvo que el paciente tenga unas necesidades muy concretas, resultan útiles para el cuidado de cualquier persona mayor dependiente. Son además una alternativa mucho más económica y ofrecen una respuesta óptima en las circunstancias más variadas: convalecencias y postoperatorios, hernias, problemas posturales… La principal desventaja de las camas sin carro elevador es que los cuidadores no trabajan con tanta comodidad y tienen que vigilar más su postura y la de la persona a su cargo cada vez que hay que realizar una transferencia.
- Camas articuladas especiales: este grupo de productos ortopédicos engloba todas aquellas camas que han sido diseñadas para pacientes con necesidades específicas. Es el caso de las camas articuladas para personas obesas o camas con carros de elevación que permiten colocar al paciente a muy poca distancia del suelo, algo especialmente necesario cuando se asiste a personas con demencia o alzheimer.
Medidas que se adaptan a las condiciones del paciente
El siguiente punto a tener en cuenta es el de la medida de la cama. Al igual que sucede con las camas convencionales, una cama ortopédica tiene unas medidas estándar de 90 x 190 cm que ofrecen una respuesta de descanso óptima para la mayoría de los pacientes.
A partir del modelo básico existen tamaños de camas articuladas que se adaptan a todas las necesidades tanto de espacio como de confort de la persona a la que está destinada. Estas camas se presentan en varios formatos, desde los 80 hasta los 150 cm de ancho y desde los 180 y los 200 cm de largo.
En el caso específico de las camas articuladas con carro elevador solo están homologados los anchos de 80, 90 y 105 cm. Por encima de estas medidas no se podría garantizar la estabilidad y la seguridad de la cama, por lo que no se fabrican en otros tamaños más que en los ya citados.
La elección del colchón: materiales y durezas
Junto a la estructura de la cama y el somier que esta emplee, el colchón será el otro elemento que determine la calidad del descaso de la persona asistida. ¿Cómo asegurarte de que haces la elección adecuada? Esta breve guía de materiales te servirá para que te hagas una idea de las opciones más demandadas:
– Colchón viscoelástico: la particularidad del material vicoelástico es que ofrece una respuesta adaptativa al peso del usuario. Precisamente por este motivo es el colchón más empleado para la prevención de las úlceras por presión. Desde el punto de vista de la temperatura, es un material que no da calor y que transpira muy bien.
– Colchón de látex: es un material de fabricación cómodo y de alta calidad, apto para personas que van a darle un uso normal a la cama, es decir, para el descanso nocturno habitual. Sin embargo, no es un recomendable para pasar largos períodos de convalecencia o para personas que apenas tienen movilidad ya que su forma no se adapta al cuerpo y, en consecuencia, no sirven para prevenir las úlceras por presión.
– Colchón antiescaras: es un colchón compuesto de celdas de aire que alivian la presión y evitan que aparezcan las heridas que provoca la inmovilidad (escaras). Estos colchones, junto a los cambios posturales pertinentes, permiten modificar los puntos de apoyo del cuerpo sobre la superficie para que la piel no sufra las consecuencias del contacto siempre en el mismo lugar. Algunos están provistos de un sistema de aire que va hinchando y deshinchando diferentes puntos del colchón para favorecer estos cambios.
Otros accesorios para las camas ortopédicas
Adicionalmente, se pueden añadir a la cama ortopédica otros complementos que mejoren el confort y la seguridad de las personas mayores durante el descanso. Son frecuentes los sistemas de sujeción extra o las barandillas laterales que impiden desplazamientos y caídas o las almohadas, cojines y sistemas de posición que aportan comodidad y garantizan el descanso en la postura adecuada.
En Cuidum nos aseguramos de que las cuidadoras que trabajan con nosotros antes de cuidar a una persona con estas necesidades tengan conocimientos sobre estos aspectos, pudiendo garantizar el correcto cuidado de las personas mayores que nos eligen .