Es realmente curioso ver de qué forma nuestra forma de pensar y razonar sobre los cuidados necesarios para las personas es radicalmente opuesta cuando se trata de un anciano a cuando hay que cuidar de un niño. Evidentemente, los cuidados para los niños tienen que ser excelentes y de la mayor calidad posible. Las preguntas son: ¿Por qué para los ancianos no sirve la misma solución? ¿Por qué se interpretan como un problema, como algo de lo que hay que deshacerse? ¿Por qué mirar para otro lado cuando alguien que lo ha dado todo por ti y tu bienestar más te necesita?
No vuelvas las espalda a una realidad que exige un compromiso
La vejez es un proceso natural que necesita ser entendido tal y como es. Muchas veces las residencias de ancianos no son la solución para resolver la situación de una persona mayor que necesita cuidados durante su día a día.
El remedio no es internar a la persona o personas mayores en una residencia y olvidarse de ellos hasta que suceda lo inevitable. ¿Es esa una forma honorable de actuar? ¿Así recompensamos todos los sacrificios que hicieron por nosotros? ¿No sería mejor que se sintiesen integrados en un hogar que relegados a un entorno extraño?
Las precarias y abusivas condiciones en muchas residencias de ancianos
Además, en muchísimas ocasiones, estos centros para ancianos no disponen de los recursos, ni del personal necesarios para atender a todos los ancianos que se encuentran en las residencias. El escaso personal sobrepasado de trabajo se conjuga con la falta de productos necesarios y básicos como lo son, por ejemplo, los pañales. Habría que investigar los motivos por los que se producen estas situaciones, pero desde luego no se debería mirar para otro lado.
Es curioso como solemos pensar que estas residencias son como hoteles para ellos, en los que tienen todos los servicios y comodidades incluidos, cuando la realidad no suele ser tan idílica ni mucho menos. Es cierto que quizás nos induzcan a esta dinámica de pensamiento los elevados precios que hay que abonar al mes. El problema también suele encontrarse en que las direcciones que gestionan estos centros suelen centrarse en obtener beneficios más que en ofrecer un servicio de calidad. Para nada es buena idea mezclar un interés social con uno comercial, porque siempre acaba prevaleciendo la búsqueda de un beneficio económico sobre uno social. En estos casos, las rentabilidades y los beneficios económicos no deberían ser los objetivos principales.
Las cuidadoras domiciliarias
Una de las formas de conseguir que nuestros ancianos no se sientan desplazados, ni que caigan en depresiones por sentirse inútiles o repudiados, es no internarlos en una residencia y acudir a la ayuda de cuidadoras domiciliarias. También tendremos que tener en cuenta que tampoco vale con contratar a cualquiera, realizar un eficaz trabajo de filtrado en la selección del personal dedicado al cuidado domiciliario para que la elección de una cuidadora no sea arriesgada y contraproducente.
El cuidado domiciliario tiene sus ventajas, la más clara es que podremos tener un mayor control sobre la gente contratada. Otro punto fundamental a tener en cuenta es que las personas que tienen que ser cuidadas no son expulsadas de su entorno, siguen viviendo en su hogar, valiéndose en el día a día con la ayuda de cuidadoras domiciliarias profesionales.
Nos gustaría conocer tu opinión. ¿Donde te gustaría envejecer? ¿Donde te gustaría que envejeciesen tus hijos? .
2 comentarios
Hace tiempo que reveindico lo mismo .
Si con mis hijos hago lo que haga falta para que tengan una calidad de vida lo mejor que pueda, mis padres que tambien lo han dado todo por mi tienen el mismo derecho y asi lo hago . Realmente es curioso como esta montada esta sociedad de los cuidados .
Tengo muy claro envejecer en mi casa y y por supuesto me gustaria que mis hijos tambien lo hicieran .