Campaña Covid-19 «Enterrar a tu abuela o intubar a tu mejor amigo»
La segunda ola de la pandemia vuelve a poner en tela de juicio hasta qué punto estamos concienciados del alcance y la crudeza de esta enfermedad. Por este motivo, las comunidades autónomas insisten en la necesidad de respetar los protocolos establecidos para evitar contagios y ponerle freno a la evolución de la COVID-19. Algunas lo hacen con campañas tan controvertidas como la última propuesta de Madrid de cara a las próximas Navidades y con mensajes directos y contundentes: «Reunión familiar sin protección = intubar a tu abuela».
Un llamado a la solidaridad y a la responsabilidad ciudadana
A estas alturas de la evolución de la pandemia resulta difícil creer que uno de los mayores problemas a los que nos seguimos enfrentando sea la falta de concienciación. Fiestas clandestinas, reuniones multitudinarias o relajamiento de las medidas básicas de prevención siguen estando a la orden del día. Actitudes irresponsables que, aún de forma aislada o individual, repercuten en la salud de todos y, especialmente, en la de las personas mayores.
¿Son necesarias campañas tan duras como la de Madrid? ¿Podemos confiar en la efectividad de este tipo de mensajes tan directos? Hay opiniones para todos los gustos. Lo que parece evidente es que la nueva iniciativa de la comunidad autónoma no dejará a nadie indiferente. Bajo el lema «No te saltes la vida» se han lanzado tres durísimos spots que hacen un llamamiento a la prudencia y a la responsabilidad de todos los ciudadanos.
- «No ventilar la casa regularmente = ingresar a tu mujer en la UCI».
- «Reunión familiar sin protección = enterrar a tu abuela».
- «Saltarse la cuarentena = intubar a tu mejor amigo».
Se acercan fechas muy familiares que resultan críticas para la situación sanitaria de los próximos meses. Fechas que tradicionalmente han sido sinónimo de cercanía, de reuniones y eventos familiares pero que este año, y por el bien de todos, deberán plantearse desde una nueva perspectiva.
El virus no entiende de lazos familiares: precauciones con las personas mayores
Ha quedado constatado que por cuestiones de distanciamiento, aislamiento y personalización de los cuidados, el propio hogar es el sitio más seguro para los mayores durante esta pandemia. No obstante, no hay que bajar la guardia. Con frecuencia tendemos a relajar las medidas de seguridad impuestas por la actual situación sanitaria y a olvidar que la COVID-19 no entiende de lazos familiares: afecta a todos por igual.
Cuando nos olvidamos de aspectos básicos como la higiene de manos, el distanciamiento o el uso de la mascarilla nos estamos convirtiendo en un riesgo. Un riesgo para el que no existen padres, abuelos, hijos o nietos. Un riesgo invisible que pasa inadvertido, llevados por el deseo de conservar con los seres queridos la misma cercanía que antes de que el virus trastocara por completo nuestra manera de relacionarnos con los demás.
¿Cómo podemos enfrentarnos a esta nueva realidad? Todo es cuestión de asimilar como cotidianas algunas pautas de comportamiento. La única forma de convertirlas en algo rutinario es la práctica, por lo que hay que ponerse a ello cuanto antes para que mantenernos alerta frente al virus no nos suponga un esfuerzo extraordinario:
- Evitar los desplazamientos de personas mayores, ya sea desde sus propios domicilios ya desde las residencias de ancianos.
- Guardar los besos y los abrazos para más adelante. Ya habrá tiempo para retomar estas muestras de afecto cuando la pandemia esté bajo control.
- Promover otras formas de comunicación y de contacto más allá de las visitas físicas. Existen muchas maneras de ‘estar presentes’ sin que suponga un riesgo.
- Facilitar el encuentro entre personas mayores y familiares en lugares al aire libre o muy bien ventilados y manteniendo la distancia de seguridad.
- Limitarse a los grupos burbuja: relaciones con no más de 4 o 5 familiares, siempre los mismos, para mantener el contacto directo minimizando el riesgo de contagios cruzados.
- Si la salud de los mayores es buena, se admiten las visitas a domicilios o residencias, extremando siempre las medidas de precaución. Si se trata de personas de riesgo o con enfermedades crónicas, es mejor ser más restrictivos.
- No bajar la guardia. Compartir tiempo y espacio con un familiar con el que no convivimos habitualmente no supone un riesgo menor que hacerlo con un conocido al que solo vemos de forma esporádica. Usa siempre mascarilla y respeta las medidas de distanciamiento y las limitaciones de participantes en reuniones sociales y familiares.
¿Y si son los abuelos los que se encargan de cuidar a los niños?
Tradicionalmente, los abuelos han sido un apoyo fundamental en el cuidado de los nietos, sobre todo en época de vacaciones. Con las navidades a la vuelta de la esquina es necesario establecer unas pautas específicas para evitar que este tipo de relación tan habitual en nuestra sociedad se convierta en un riesgo para la salud de las personas mayores.
Desde la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología hacen hincapié en las siguientes recomendaciones para evitar que el cuidado de los niños por parte de los abuelos se convierta en un factor de riesgo:
- Evitar encargarles tareas como llevar o recoger a los niños del colegio o de otras actividades que supongan la cercanía de más personas.
- Si abuelo y nieto no cohabitan, habrá que mantener las mismas medidas de distanciamiento y uso de la mascarilla que con el resto de personas fuera del hogar. En el caso de que convivan, habrá que extremar las precauciones de higiene y, en cualquier caso, prescindir del contacto en la medida de lo posible.
- Utilizar siempre mascarilla en los trayectos en vehículos particulares (en el transporte público ya es obligatorio), y tratar de mantener el interior ventilado abriendo ligeramente las ventanillas.
- Concienciar a los niños de que de su comportamiento dependen la salud y el bienestar de sus seres queridos. Hay que ser inflexibles frente a besos y abrazos y plantear otras alternativas para canalizar su afecto.
- Si en el ámbito escolar o en cualquier de las actividades en las que participe el menor se produce un caso de contagio, deberá suprimirse toda relación con los abuelos hasta que quede descartada la infección en el nieto al que cuida.
- Insistir en el lavado de manos. En casa se recomienda el empleo de agua y jabón y en el exterior, el de geles hidroalcohólicos con aloe vera. El lavado debe convertirse en un gesto habitual para abuelos y nietos, sin esperar a que haya habido contacto con superficies de riesgo para efectuarlo.
- Las personas mayores son un grupo especialmente vulnerable frente a la Covid-19. Salvo que no existan más opciones, lo ideal sería buscar otras alternativas para el cuidado de los niños hasta que haya pasado esta situación excepcional.
Todos somos parte de la solución frente a la COVID-19
La forma en la que se producen los contagios de COVID-19 debe hacernos recapacitar sobre nuestro comportamiento. Así como todos somos parte del problema, todos somos parte de la solución. La salud de otras personas, sobre todo la de las más vulnerables, está en nuestras manos. Es nuestra responsabilidad individual poner en práctica estas recomendaciones de higiene, de uso de la mascarilla y de distancia de seguridad.
Por otro lado, el aislamiento social es tan contraproducente para los ancianos como el propio virus. Si bien es cierto que nos esperan unas Navidades atípicas y un comienzo de año fuera de lo común, es importante evitar la soledad de las personas mayores empleando soluciones de comunicación e integración alternativas, tal y como apostamos en Cuidum.