¿Cuáles son las similitudes en el cuidado de nuestros mayores respecto al cuidado de nuestros hijos pequeños? Seguro que en algún momento te has inquietado al darte cuenta de que hay más similitudes que diferencias entre ambos.
Cuando somos niños somos incontinentes y el cambio de los pañales es una parte importante de cada día, algo que saben bien los papás recientes que lo estén viviendo ahora.
De niños tampoco somos capaces de desplazarnos con facilidad, nos trasladan de aquí para allá empujando nuestros carritos con cuidado y existe un evidente riesgo de caer en cada uno de nuestros movimientos.
No sabemos comer solos y padres, madres, abuelas y abuelos nos entretienen con avioncitos para lograr que nos llevemos la cuchara a la boca. En muchos casos con poca colaboración por nuestra parte.
Nuestros pequeños cerebros de niño necesitan estímulos para desarrollarse, de forma que nuestros cuidadores nos rodean de rotuladores, dibujos para colorear, fichas con figuras geométricas y todo tipo de juegos.
Los parques infantiles, los columpios, los castillos y toboganes, son entornos perfectos donde desarrollar nuestra psicomotricidad.
Cuidado de nuestros mayores
Observando el cuidado de nuestros mayores nunca he podido evitar darme cuenta de lo parecida que es su vida a la de los niños y las necesidades tan similares que tienen de cuidado. La mayoría en su proceso de envejecimiento pierden el control de esfínteres y pañales y empapadores vuelven a sus vidas.
Cuando su marcha se vuelve inestable aparecen los andadores, tan similares a los correpasillos y mas tarde las sillas de ruedas, de nuevo empujadas por los cuidadores. Vuelve la ayuda para comer, vuelven los avioncitos, y vuelven los colorines y los dibujos, ahora no tanto para desarrollar sino para mantener las capacidades.
El parque ya no es infantil, ahora es una sala de rehabilitación y es el fisioterapeuta quien con pelotas y poleas les ayuda a mantener su agilidad, su equilibrio, su fuerza y estabilidad.
Son muchas las similitudes entre el principio y el final de la vida. En ambos extremos necesitamos que nos cuiden, con cariño, atención, paciencia y dedicación.
Hay muchas cuestiones importantes en la vida que por el alto ritmo de esta no nos detenemos a considerar. Cada día el índice de la población adulta aumenta y el de los nacimientos continúa disminuyendo. ¿Cómo hará la generación millenial que apenas tiene hijos? ¿Quién les cuidará a ellos? ¿Cómo será el cuidado de nuestros mayores el día de mañana? ¿Qué pasará cuando nuestros hijos lleguen a ser ancianos?
Una reflexión
Todo está por cambiar, las generaciones anteriores lo saben e incluso sufren ya buena parte de esos cambios. Antes la familia constaba de los hijos, los adultos y los mayores, conviviendo todos, en la misma casa, a lo Cuéntame, de TVE1. Ahora, raro es si los adultos continúan juntos y los mayores que todavía se valen por si solos están en sus casas, relativamente solos. Todo cambia y a todo hay que adaptarse.
[bctt tweet=»Somos lo que somos gracias a quienes nos cuidaron de niños.» via=»no»]
Lo que nunca hay que olvidar es que somos lo que somos gracias a quienes nos cuidaron de niños. Cabe preguntarse como adultos si ahora que nos toca a nosotros cuidar de ellos lo estamos haciendo con el amor y la responsabilidad que merecen.
5 comentarios
Hes verdad, yo he tenido la suerte de cuidar niños y personas mallores. Y muchas cosas coinciden el cien por cien.
Muchas gracias por tu comentario Rosa Maria Fabra nosotros seguiremos intentado aportaros valor e información de calidad en este blog.
Buenas tardes
Me ha parecido muy acertado tu artículo. La sociedad no se da cuenta que la labor que realizan los familiares hacia nuestros mayores, pero poco a poco se tomara conciencia de ello por el envejecimiento de la población, que está avanzando a pasos agigantados.
Cada vez menos guarderías y más residencias.
Un saludo
Muchas gracias por tu comentario Luisa.