La esperada llegada de las vacunas a finales del mes de diciembre de 2020 abrió una brecha de esperanza con respecto a las expectativas para este comienzo de año. No obstante, después de más de un mes de campaña de vacunación de la COVID-19, los problemas de coordinación están generando un gran desconcierto entre la población y, de forma especial, entre los mayores.
¿Cómo se desarrolla el plan de vacunación COVID-19 en España?
Es la pregunta que se hacen muchos adultos mayores que desconocen todavía los criterios y calendarios con los que se está desarrollando el proceso de vacunación en nuestro país. A finales del pasado mes de noviembre y ante la inminente distribución de vacunas contra la COVID-19 en los países de la UE, el Gobierno español publicaba las estrategias de vacunación que se aplicarían en los meses consecutivos.
¿Qué aspectos se recogían en este plan de vacunación de la COVID-19? Por un lado, todas aquellas cuestiones que afectan al reparto equitativo de las dosis en las diferentes comunidades autónomas. Una distribución que viene determinada, principalmente, por la relación entre criterios poblacionales/cantidad de dosis disponibles.
Pero lo que más interesaba desde el punto de vista de la ciudadanía era el calendario de vacunación, algo para lo que este documento estratégico no ofrece fechas determinadas, solos unas pautas básicas a seguir. Así, aparte de todos los criterios anteriormente citados, el ritmo de esta campaña de vacunación está en gran medida en manos de las comunidades autónomas y en su capacidad para gestionar una situación que en muchos casos está resultando algo confusa.
¿Por qué no me he vacunado aún? Lo que dice el plan de vacunación de la COVID-19
El punto referente al desarrollo del proceso en tres fases se mantiene invariable y sirve de referencia para entender cómo se está desarrollando el plan de vacunación en nuestro país. Estos criterios son también los que han tomado en cuenta algunas aplicaciones que ya circulan por Internet y que, a partir de ciertas variables, realizan una estimación de cuándo te tocará vacunarte.
El plan de vacunación se divide en tres etapas:
- Etapa I: las dosis de las vacunas y su distribución serán todavía muy limitadas.
- Etapa II: con el incremento en la distribución de vacunas aumentará de forma progresiva el número de vacunados.
- Etapa III: las vacunas ya estarán a disposición de todos los grupos de población sin perjuicio de los más vulnerables.
Teniendo en cuenta que, sobre todo durante las primeras etapas del proceso, la cantidad de vacunas será todavía limitada, se ha establecido un marco ético para fijar el orden de prioridades. En base a principios de igualdad, equidad, necesidad, reciprocidad y beneficio social, se ha acordado que durante la primera etapa se priorizarán los siguientes grupos de población:
- Personas institucionalizadas en residencias (adultos mayores y personas discapacitadas), así como el personal sanitario y sociosanitario que trabaje en ellas.
- Personal sanitario de primera línea en cualquier centro (hospitales y centros de atención primaria).
- Otro tipo de personal sanitario y sociosanitario.
- Grandes dependientes no institucionalizados en un centro o residencia (personas que requieren medidas de apoyo muy específicas y que residen en sus hogares).
Este último punto en concreto está generando cierta controversia. Desde la Asociación de Directores y Gerentes en Servicios Sociales llevan tiempo advirtiendo del problema de exclusión que está generando si no se incluyen en esta fase a personas dependientes a pesar de no haber sido valoradas por Política Social y a cuidadores profesionales y no profesionales que están a cargo de su bienestar.
¿Quiénes serán los próximos en vacunarse?
Con apenas un 0,8% de la población vacunada y el objetivo del 70% a mediados de año cada vez más distante, todavía no existe un plan bien definido acerca de cuál será el próximo paso. Edad y riego de exposición al virus siguen siendo los dos criterios clave en la definición de esta estrategia, de lo que se infiere que los próximos grupos a vacunar, previsiblemente a partir de mediados de marzo, serán:
- Por edad: mayores de 80 años, personas entre 70-79 años y mayores de 65 años que residen en sus casas.
- Personas con condiciones de riesgo.
- Población vulnerable (social y económicamente).
- Sectores esenciales
Aparte de las franjas de edad, desde Sanidad apuntan que se clasificará a los candidatos en función del riesgo al que se exponen en caso de contraer la enfermedad.
Cuidadores a domicilio de personas mayores: ¿es un grupo de vacunación prioritario?
En aplicación estricta de la ley, solo se consideran grandes dependientes aquellas personas que han sido valoradas por un técnico de Política Social y que reciben algún tipo de prestación por su situación. Esta condición resulta injusta en un escenario en el que el principal objetivo es prestar asistencia y garantizar la seguridad de los grupos de población más vulnerables.
Eso es aplicable a quienes tienen a su cargo a personas dependientes. Desde Cuidum respaldamos las reivindicaciones de la Asociación Española de Servicios Personales y Domésticos y de la Asociación de Directores y Gerentes en Servicios Sociales, que insisten en la necesidad de incluir a los más de 32.000 grandes dependientes y a las 134.000 cuidadoras no profesionales que se han quedado al margen del proceso en esta primera fase.
En esta misma línea, las cuidadoras a domicilio también deberían formar parte de este grupo prioritario. Aunque en Cuidum garantizamos un tipo de asistencia domiciliaria adaptado a las exigencias de la pandemia, la pronta vacunación contra la COVID-19 de nuestros cuidadores y cuidadoras supondría un incremento notable en la seguridad con la que desarrollan su trabajo y en la tranquilidad de las personas a su cargo y sus familiares.
En cualquier caso, y dada la complejidad de la situación que atravesamos, lo más importante es mantener la calma y cumplir estrictamente con las recomendaciones de higiene y seguridad hasta que llegue la hora de la vacunación. No obstante, las vacunas actuales no previenen del contagio sino que minimizan los síntomas en caso de padecer la enfermedad. Evitar que el virus se extienda sigue siendo responsabilidad de todos.