De todos los padecimientos que aquejan a los mayores, los de tipo respiratorio ocupan el primer lugar de la lista. Tales enfermedades suponen un riesgo particularmente grande. Además, este tipo de enfermedades suelen ser periódicas y de fácil contagio. Afortunadamente, existe una prevención efectiva para paliar estas malatías, la aplicación de vacunas destinadas a las personas mayores. A continuación, hablaremos de las tres que todo anciano es aconsejable que reciba.
Vacuna contra el tétanos
Las personas mayores son propensas a contraer tétanos, principalmente como resultado de una herida o quemadura. Esta enfermedad se caracteriza por desajustes en el sistema nervioso que producen espasmos musculares. En el peor de los casos, este padecimiento de origen bacteriano puede encorvar el cuerpo hacia adelante o hacia atrás y dificultar la respiración.
Quienes nacieron antes de 1965 no fueron vacunados contra el tétanos cuando eran pequeños. Así que es importante cerciorarse de que hayan recibido la primera dosis y los refuerzos pertinentes. De lo contrario, es urgente hacerlo.
Vacuna contra la gripe
La gripe estacional representa una amenaza a la salud de las personas mayores. De hecho, es una de las principales causas de hospitalización y de mortalidad en este grupo vulnerable de la población. El motivo es que los síntomas propios del resfriado pueden agravarse, propiciando el desarrollo de enfermedades graves como la bronquitis y la neumonía. Estos riesgos se reducen considerablemente cuando se aplica la vacuna contra la gripe, sobre todo si el invierno está cerca de comenzar.
Vacuna contra las enfermedades neumocócicas
Los neumococos son bacterias que pueden ocasionar diversas infecciones. Una de ellas es la meningitis, que afecta a las membrana que protegen la médula espinal y el cerebro. Cuando los microorganismos antes mencionados invaden la sangre, pueden causar sepsis, endocarditis y osteomielitis. Y ciertas infecciones en el oído y en los pulmones también pueden producirse como resultado de la presencia de neumococos en el organismo.
Al igual que el virus de la gripe, las bacterias neumocócicas proliferan a bajas temperaturas. Es lógico, pues, que sus ataques sean más recurrentes durante el invierno. Así que es esencial administrar la vacuna correspondiente antes de que comience la temporada más fría del año.
Asegúrate de que los ancianos que tienes a tu cuidado estén al día con las vacunas antes mencionadas y de que repitan la dosis en el plazo establecido. La prevención de las enfermedades que se logra mediante la correcta vacunación es fundamental para garantizar la mejor calidad de vida posible a las personas mayores.
Te animamos a que te acerques a tu centro de salud más cercano para que te aconsejen e informen más acerca de las vacunas para personas mayores con la finalidad de proteger a tus seres queridos de estas malatías tan comunes.